La empresa pública ENRESA, encargada de la gestión del cementerio nuclear de El Cabril, ha organizado junto con la Universidad de Córdoba (UCO) y la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) un Seminario Internacional sobre Periodismo y Medio Ambiente. Este evento, según denuncia Ecologistas en Acción, es otro intento de lavado verde por parte de ENRESA para ocultar las graves deficiencias en la gestión y la peligrosidad de las actividades en El Cabril.
Desde su inicio, el cementerio nuclear de El Cabril ha estado envuelto en controversias. La instalación comenzó de manera ilegal y en secreto, hasta que el periodista Sebastián Cuevas destapó el almacenamiento de residuos radioactivos en Hornachuelos, obligando a las autoridades a hacer pública la información. A lo largo de los años, ENRESA ha incumplido sistemáticamente las promesas sobre el tipo de residuos almacenados y los riesgos asociados, lo que ha llevado a varias sentencias condenatorias, como la del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en 1996.
La vida útil de El Cabril, originalmente limitada, se ha ido ampliando, y actualmente existen planes para duplicar su tamaño. Además, el tipo de residuos almacenados ha variado y aumentado en peligrosidad. Hoy en día, El Cabril es el único almacenamiento en superficie de residuos radiactivos en España, ubicado en un lugar cuestionado por su idoneidad. Los incidentes, como las repetidas filtraciones en la celda 29 en 2017, 2020 y hace apenas un mes, han generado preocupación. La respuesta de ENRESA ha sido minimizar o intentar ocultar estos incidentes.
Rodrigo Blanca, de Ecologistas en Acción, denuncia: “Este cementerio se abrió ilegalmente, está en una zona de riesgo sísmico, y cuando se producen filtraciones, los residuos se vierten a través del Bembézar al Valle del Guadalquivir, cuyas aguas se usan para el riego de alimentos.”
En lugar de cerrar El Cabril y encontrar una solución definitiva para los residuos nucleares, ENRESA continúa organizando actos publicitarios para mejorar su imagen. El seminario en la UCO, que incluye una visita a las instalaciones, es el más reciente de estos eventos. Francisca Blanco, del Movimiento Ibérico Antinuclear, critica la colaboración de la APIA en este evento, considerándolo un intento de lavado verde. “La energía nuclear nunca ha sido ni sostenible, ni limpia, ni económica, ni segura. Desde la extracción del uranio hasta la gestión de los residuos, todo el proceso está lleno de impactos negativos, riesgos y malas decisiones”, afirma Blanco.
Las organizaciones ecologistas exigen el fin de la industria nuclear, tanto civil como militar, y la búsqueda de soluciones reales para la gestión de los residuos radiactivos, que permanecen peligrosos durante miles o incluso millones de años. “La solución no es ocultar la verdad y ampliar El Cabril. La solución es dejar de generar residuos nucleares y encontrar una manera óptima de gestionar los que ya existen”, concluye Juan Escribano, portavoz de Ecologistas en Acción.
Las críticas de los ecologistas resaltan la necesidad urgente de una mayor transparencia y responsabilidad en la gestión de residuos nucleares, así como la consideración de alternativas energéticas más sostenibles y seguras.
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