Todavía no es declaradamente verano, pero nuestros cuerpos ya nos dicen, palpan, que la cosa se está poniendo calentita.
De la mágica y evocadora de poemas mil, la primavera, caminamos a la noche maaaas larga del año anunciando hogueras, llamas, vamos que el que avisa no es traidor. Que la calor ya ha llegado para quedarse.
Verano para vacaciones, cada cual donde buenamente pueda, sea en la parcela, el apartamento que alquilamos con el cuñado con el que cenamos en Navidad, o simplemente, tiempo en el que adormecer cuerpo y mente. Tiempo para un merecido descanso y desconexión de las preocupaciones que nos atormentan el resto del año.
¡Esto tiene buena pinta!
Ojalá que todas esas señales no queden en el espejismo de un ”sueño de una noche de verano”, y la sensación de futuro bienestar y optimismo no nos dejen inexpresivos ante lo que está pasando a nuestro alrededor.
Me refiero a que esa necesidad, la del descanso del guerrero, no llegue a ser la adormidera de las voluntades que remuevan la intención de llevarnos a un mundo anti natural y perverso donde “para vivir en paz, sea preciso preparar la guerra” promoviendo en un perfecto bucle, un eterno desequilibrio entre los deseos bienintencionados y lo que finalmente hacemos o dejamos de hacer.
Sino apostamos por vivir para la muerte, bueno sería, al menos, tener el deseo, casi la exigencia, de demandar que los 800.000 millones de euros que los gobiernos reduccionistas y belicistas de la vieja y hermosa Europa quieren gastar en armas, y que nuestro gobierno, que parece apoyarlo, sepan que sus ciudadanos y ciudadanas, tenemos opinión sobre ello y podríamos darla.Casi como sucedió con lo de “OTAN de entrada, NO”, ¿recuerdas?. Si con aquello se llamó a consultas al pueblo, ¿por qué ahora no?. O eso se le llama dar voz a la ciudadanía o construir democracia.
Sino apostamos por vivir para la muerte, bueno sería, al menos, tener el deseo, casi la exigencia, de demandar que los 800.000 millones de euros que los gobiernos reduccionistas y belicistas de la vieja y hermosa Europa quieren gastar en armas, y que nuestro gobierno, que parece apoyarlo, sepan que sus ciudadanos y ciudadanas, tenemos opinión sobre ello y podríamos darla. Casi como sucedió con lo de “OTAN de entrada, NO”, ¿recuerdas?. Si con aquello se llamó a consultas al pueblo, ¿por qué ahora no?. O eso se le llama dar voz a la ciudadanía o construir democracia.
Pero no, la decisión ya la han tomado por todos nosotros y nosotras.
Pero bueno, en realidad de lo que estábamos hablando era de si nos da para ir de ocupas a la parcela de la suegra o para un fin de semana en Fuengirola. Y así, entretanto, con un buen partidillo de fútbol y la ilusión o el espejismo de desconectar, como en un juego de trileros, mientras miramos la bolita, nos la cuelan y se nos esfuman los caudales con los que tan ricamente pagaríamos, como diría el cantor, “s’acabe el paro y haiga trabajo, escuela gratis, medicina y hospital, pan y alegría nunca nos falten. Que güervan pronto los emigrantes, haiga cultura y prosperiá”.
Y que conste, que hagan lo que hagan con nuestros dineritos, ¡que sepan que nos hemos dado cuenta de la jugada!, lo que pasa que el verano, pues eso, que ya ha llegado la calor.
0 comentarios