A VV. Diana Parque Fidiana
Publicado en diciembre de 2016 en el Número 0 de la edición impresa
En el año 2000, la Asociación Vecinal Diana del Parque Fidiana de Córdoba elaboró, con la participación de la vecindad, el plan de dotaciones sociales precisas para el barrio.
Una de las necesidades detectadas, tanto para el I.E.S. Fidiana como para la vecindad, fue la construcción de una instalación deportiva que el alumnado usaría por la mañana y la vecindad por la tarde, sirviendo así un mismo espacio para muchas más personas.
Para ello, tanto la Junta de Andalucía como el Ayto. de Córdoba debían colaborar en el proyecto. Pero la lógica de la gente normal choca con la de algunos políticos que anteponen los intereses de su partido a los de la ciudadanía. Por muy lamentable que sea, es tan triste como cierto.
Desde 2002, el despropósito fue total. Los papeles iban y no volvían, otros llegaban sin firmar o tardaban meses, incluso años. Que si un defecto de forma, que si un crédito que no acaba de llegar, que si un “no sabemos que puede estar pasando en Sevilla”. Cuando preguntabas en Córdoba las respuestas eran silencios insultantes que rozaban el desprecio. Esto, y mucho más, es lo que han dado de sí 14 años de amarga y decepcionante sensación de que se ríen de la ciudadanía, sin sentir por ello ni vergüenza ni rubor alguno y sin que le cueste el puesto a nadie.
Entretanto, varias generaciones de los hijos e hijas del barrio que llegaron y se fueron del instituto, han visto como lo que fue un solar, pasó a ser una larguísima obra que acabó en un hermoso pabellón. Hermoso pero que jamás llegarían a estrenar a pesar de que las obras terminaron en 2012.
Desde Mayo de 2012, el pabellón deportivo, o como alguien denominó “la cosa maldita”, a estrenar, está cerrado y sin ser usado. Cuatro largos años acumulando deterioro, revestimientos oxidados, tuberías reventadas, el parqué de la pista levantado, techos abombados,… Una instalación a punto de usar y sin uso. ¿Alguien lo entiende? Un despropósito en los límites de la infamia. Habiendo pedido aparo al Defensor del Pueblo Andaluz, hasta de él han hecho caso omiso. Eso sí, desde las instancias políticas se pide todavía calma y mesura, cosa que la Asociación Vecinal Diana practica, desde su vigilancia absoluta de lo que se hace, aunque ya suene a que se estén riendo de la vecindad. Las medias verdades son las más grandes mentiras.
Entretanto la ciudadanía deberemos darnos cuenta del poder que tenemos pero que no ejercemos. Poder que debería llegar a despedir a algún político por mal gestor. Y, mientras que la condición de político puede caducar, como de hecho ya hemos visto un buen ramillete de ellos, en cambio, el carné de vecindad no lo hemos perdido y no lo vamos a perder. Y, sea como sea, este pabellón lo vamos a abrir, y lo haremos la vecindad que es quien lo ha trabajado. Y ese día, que esperamos sea pronto, será un día de fiesta para la vecindad. Sin duda, lo habremos ganado a pulso.
Lo único que esperamos es que finalmente sea un espacio público para usos públicos, donde la vecindad tenga su espacio deportivo y no vea limitado su derecho de uso. Habiendo visto cómo se cumplían tantas cosas que parecían imposibles, ojalá no tengamos que lamentar más infortunios y que “la cosa maldita” cumpla la función de ser simplemente un pabellón deportivo de usos compartidos donde la vecindad y nuestra juventud pueda fomentar valores saludables a través de la práctica deportiva. ¡Nada más y parece que nada menos!
Desde luego, para evitar posibles adversidades, ahí seguiremos estando la vecindad, ¡como siempre! Donde nunca debemos renunciar a estar: demandando que lo público, lo que es de todos/as, sirva a toda la ciudadanía.
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