Extracto del Manifiesto de Yay@flautas de Córdoba “Jóvenes éramos, luchando seguimos”
Publicado en febrero de 2017 en el Número 2 de la edición impresa
En nuestro país, muchas personas mayores atraviesan una existencia precaria. El 20% de las pensiones contributivas y la totalidad de las no contributivas se encuentran por debajo del umbral de pobreza. El 72% de los jubilados perciben una pensión inferior a 1.100 euros, el 49% por debajo de 700 euros. Los pensionistas nos encontramos ante una continua amenaza: Cuál va a ser el futuro de las pensiones, las de hoy y las de mañana. Sin saber cómo van a quedar las que tan dignamente hemos conseguido después de toda una vida trabajando. Y los futuros con la angustia de si podrán optar a una pensión pública que permita vivir con dignidad. Los medios de comunicación intentan hacernos creer en la inviabilidad del sistema público de pensiones, una estrategia orquestada por el Gobierno al beneficio de los grupos financieros y aseguradoras.
Van a destrozar y liquidar el sistema público. Las pensiones, un negocio de 15 mil millones de euros anuales que el Gobierno, la banca y los seguros llaman capital. Hace cinco años, cuando el Gobierno tomó posesión, la hucha de las pensiones guardaba 80.000 millones de euros: para julio de 2017 estará vacía. Es imposible que los salarios cada vez más bajos de los/as hijos/as y nietos/as sostengan las pensiones de los padres y los abuelos.
Creemos en la urgente y necesaria movilización. Somos nueve millones de pensionistas, tenemos el derecho y el deber de hacernos oír, porque estamos seguros del peligro que corren nuestras pensiones públicas y las de nuestras hijas e hijos. ¡Peligrando nuestras pensiones también peligra nuestra dignidad! ¡Las pensiones no se defienden desde los sillones!
Josefina Pérez Gambau, Barrio Ciudad Jardín
La crisis de las pensiones es una ofensa para las personas que han estado toda su vida ayudando a la economía del país y ahora se les pague una limosna que no les permite hacer frente a sus gastos más básicos. Hay pensiones que son de pena. El Gobierno no tiene en cuenta a las personas mayores. Su política afecta mucho a la calidad de vida de los mayores. Si tienes una pensión mínima no puedes tener suficiente para pagar un alquiler, ni siquiera para lo más básico de tu vida, como la comida, luz y agua. No se trata de lujos, sino de lo más básico. Al tener una pensión mínima no puedes hacer frente a lo necesario. Te las ves y te las deseas ante esto.
La propuesta para solucionar la crisis de las pensiones es una renta básica. Daría calidad de vida a la gente. Incluso en Sanidad se ahorraría, habría menos depresiones y menos enfermedades.
Rafael Molina Uceda, Barrio de la Fuensanta
Las pensiones son un ahorro de los trabajadores del país. No pueden ser empleados para saldar la deuda de los bancos u otros fines. Es un deber público que el dinero que se ha sacado de la hucha de las pensiones sea devuelto inexorablemente. Si hay que hacer recortes, que empiecen los políticos dando ejemplo con sus salarios y prebendas. El impacto de la política de las pensiones sobre nuestras vidas es muy grave. Las personas con menos de 600 euros no alcanzan a cubrir los gastos de la vida familiar. Se agrava más, porque en muchos casos los mayores tienen que ayudar a sus hijos en paro y a sus nietos.
Si la política contra las pensiones sigue, las siguientes generaciones no las podrán tener. Las pensiones no se pueden tocar ni privatizar, porque pertenecen al pueblo. Para solucionarlo, el dinero que se gasta en guerras y armamentos se tiene que emplear en el bien social. No podemos recortar en humanidad y dignidad.
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