Publicado en marzo de 2017 en el Número 3 de la edición impresa
La Asociación Vecinal Al-andalus del Parque Cruz Conde conmemorará una de las efemérides más deseada para cualquiera de los barrios quasimodernos de nuestra ciudad, entendiendo por “quasimodernos” aquellos que florecieron en la década de los sesenta-setenta al amparo del desarrollismo urbanístico salvaje en la última década del anterior régimen, y considero que es la más deseada por que es en esta fecha donde se marca el punto de inflexión entre aquel momento donde algunas personas jóvenes, bueno y algunas no lo eran tanto, venidas de todos los puntos de la capital e incluso de la provincia, tuvieron la fortuna, por qué fue por sorteo, de acceder a una vivienda en propiedad de los primeros bloques de viviendas del barrio ubicados en las calles Pintor Murillo, Pintor Sorolla y Pintor Velázquez, que fueron construidos con financiación de la extinta Caja Provincial de Ahorros de Córdoba y la fecha en la actualidad que se vuelve a conformar como un barrio interesante para la juventud, entendida con los parámetros de edad actuales, y ello es debido a que aquellas personas que configuraron su vida alrededor del barrio, arraigando sus familias, con los esfuerzos aportados entre todos y todas construyendo barrio, ya han comenzado en su mayoría a llegar a la edad del jubileo, y con ello el retorno a sus lugares de origen o a esa segunda vivienda que con aquellos esfuerzos a los que me he referido han logrado conseguir, dando por tanto la opción a que nuevos proyectos vitales, ya sea en familia o individuales, puedan comenzar con nueva ilusión en este barrio. Y es que desde aquel tiempo, los vecinos y vecinas tuvieron que organizarse para desarrollar nuestro barrio, un barrio que aun estando a quince minutos del centro de la ciudad estaba totalmente aislado, una carretera de acceso, donde, quién no recuerda, el candil que iluminaba la “cuesta de los bomberos” de la calle Menéndez Pidal y otra por la avenida del aeropuerto, las vaquerías, los huertos dispersos, los calerines, los canales de riego, los estercoleros de obra, y no tanto de obra, y el mejor pulmón verde de nuestra capital, el parque, más tarde conocido como el del Cola-cao, posteriormente llegó el Hospital General, la Facultad de ETEA (ahora Universidad Loyola), el Colegio, que sirvió de iglesia, y después, la vorágine, todas las demás calles, el Zoológico, El Instituto Séneca, El Colegio Al-Andalus, las Facultades Universitarias, Los Colegios Mayores, el Hospital Universitario Reina Sofía, La piscina del Fontanar, Las pistas municipales del Fontanar, El Jardín Botánico, La Ciudad de los niños y las niñas, Urende, y ya últimamente el Complejo Medioambiental, y la ronda. Y todo lo anterior bajo la atenta mirada de los vecinos y vecinas que una vez decidieron instalarse en ese punto que inició el barrio, y es que nuestro barrio cumple años, 50. Desde la Asociación Vecinal Al-Andalus, gracias a todas y a todos por que habéis conseguido que lleguemos a ser lo que somos.
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