La participación política tiene una larga trayectoria histórica: se remonta a la Grecia antigua.
Redacción
Publicado en Noviembre 2017 en el Número 8 de la edición impresa
La participación política tiene una larga trayectoria histórica: se remonta a la Grecia antigua. Los primeros registros de la práctica de la reunión o asamblea de los ciudadanos se encuentran en Heródoto (485/490-413 a.C.).
Aristóteles (384-322 a.C.) afirmaba que la ciudadanía, en grado pleno, es una característica de la democracia, porque en ella los ciudadanos deliberan y participan en las instituciones establecidas por la constitución (politeía), especialmente en aquella que es la soberana.
A mediados del XIX, John Stuart Mill (1806-1873) puso al descubierto los vacíos del gobierno representativo y propuso su perfeccionamiento. Mill denunció las carencias del sistema electoral mayoritario de la época, que impedía la participación política de la nueva clase proletaria, surgida de la industrialización. Su propuesta rectificadora consistió en la aplicación de un sistema electoral proporcional que, junto con el voto universal, permitiera ampliar la participación.
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