Israel-Palestina conviviendo en paz…. Córdoba haciendo gala de la interculturalidad y el mestizaje…
Culturas y creencias conviviendo en concordancia en cualquier lugar del planeta…
¿sueños imposibles?
Redacción
Publicado en Junio 2017 en el Número 6 de la edición impresa
19 de octubre 2016: 4.000 mujeres marcharon por la Paz en Israel-Palestina, convocadas por el movimiento “Mujeres libran la Paz” (Women Wage Peace), con el grito silencioso de “basta ya”, el grito silencioso por paz. Este movimiento de base nace después de la extremadamente cruel Guerra de Gaza de 2014, y cuenta hoy con 12.000 mujeres. Su objetivo es una resolución pacífica, política, del conflicto, con un acuerdo de paz, como única opción que ofrece “vida y esperanza”. Su lema es que “Paz no es una utopía, es el necesario fundamento para la vida de dos pueblos en este lugar, en seguridad y paz”.
27 de mayo 2017: Multitudinaria manifestación, 30.000 personas según los organizadores, la ONG pacifista Shalom Ajshav (Paz Ahora) marchan en Tel Aviv (Israel) bajo el lema “Dos naciones una esperanza: en contra de 50 años de ocupación”, expresando su rechazo de medio siglo de ocupación de los territorios palestinos. “Judíos y árabes se niegan a ser enemigos” era uno de los gritos que sonaba. El 5 de junio se cumplieron los 50 años de la Guerra de los Seis Días, guerra en la que Israel ocupó parte del Golán sirio, Cisjordania, Gaza y el Este de Jerusalén. En palabras de Anat Ben Nun, Directora de Desarrollo de Shalom Ajshav (Paz Ahora): “Queremos mostrar que hay una gran oposición dentro de la sociedad israelí a la ocupación y un apoyo a la solución de los dos estados”.
3 de junio 2017: Más de 4.000 personas marcharon por la Paz, la Interculturalidad y el Mestizaje en Córdoba, mujeres y hombres vistieron de blanco nuestra ciudad el 3 de junio.
¿Qué tienen en común Israel-Palestina y Córdoba?
El anhelo de paz. Promovido por mujeres. En la marcha de octubre en Israel-Palestina, y la marcha del 3 de junio en Córdoba, ríos de mujeres y hombres, vestidos de blanco, se adueñaron de las calles con un grito silencioso por la Paz. Un grito de “basta ya” a conflictos que azotan la tierra, no permiten un futuro en paz a la juventud y que convierten zonas en conflicto, incluyendo el mar mediterráneo, en fosas comunes.
El Oriente Próximo, cuna y lugar sagrado de religiones monoteístas, tierra de exilio para judíos que escaparon con vida del holocausto, tierra azotada por guerras de extraordinaria crueldad como la Guerra de Gaza de 2014. Israel, tierra sagrada para culturas y religiones, lugar sagrado convertido en batalla por ocupar tierra y derechos ajenos, sin saber aprender de la propia historia, privando a miles de palestinos de sus derechos más básicos, y privando a un pueblo el derecho a tener identidad propia, el derecho a Estado en las fronteras reconocidas por sus habitantes.
Yael Deckelbaum y Miriam Toukan, cantantes y activistas por la paz de Israel y Palestina, marcharon con las 4.000 mujeres. Medio año más tarde, el 3 de junio de 2017, Córdoba, se hizo eco de este grito por la paz. Yael Deckelbaum y Miriam Toukan marcharon conjuntamente con más de 4.000 personas “Por la Paz, la Interculturalidad y el Mestizaje”.
Córdoba, con sus raíces profundas en al-Andalus, hizo honor a su legado y se convirtió por un día en mensajero de convivencia y concordancia entre culturas y creencias. Cuatro ríos de paz, riadas blancas, y un abrazo simbólico a la Mezquita-Catedral, fueron la simbología escogida con la que la ciudadanía expresó su deseo de mantener este legado vivo, respetando y celebrando la diversidad de culturas y creencias, de su pasado y presente. Una gran celebración multicolor con grupos musicales, batucadas, baile flamenco, danza de vientre en la marcha, vistiendo la Puerta del Puente y el Puente Romano de blanco. Y una gran celebración de interculturalidad en dos conciertos, dos noches mágicas, en el Jardín Botánico (día 2), y en el Entorno de la Calahorra (día 3). La música rompiendo barreras y fronteras, con su gran capacidad de liberar sentimientos. Un evento cargado de simbología y emoción que marcó un hito.
Un grupo de siete mujeres llevaba planificando este evento desde finales del 2016. Bajo el lema “Mujeres tejiendo la Paz” se habían marcado como objetivos visibilizar la fuerza y presencia de la mujer en el mundo como tejedoras de paz, facilitar el encuentro entre distintas culturas que viven o han vivido en Córdoba, ciudad patrimonio de la humanidad y visibilizar Córdoba, como ciudad de encuentro intercultural y de convivencia intercultural y lugar de concordia.
La ciudadanía respondió, a la altura del desafío. Más de cincuenta colectivos respondieron con actividades previas, y más de 4.000 personas acompañaron la marcha y el concierto. Un hecho extraordinario, ya que no era en defensa o beneficio propio, por empleo, techo o pan, ni por los derechos de la mujer, sino por el tan simple derecho a la paz, en defensa de pueblos lejanos, y por los derechos de toda mujer, todo hombre, a ser respetados en su cultura y creencia.
Según el grupo de mujeres organizadoras, Mujeres tejiendo la Paz, “La PAZ es más que la ausencia de conflicto armado, y engloba conceptos tan transcendentales como la convivencia enriquecedora entre cultura, la concordancia entre creencias y formas de entender la vida y la sociedad, la tolerancia, la diversidad cultural, el mestizaje, la interculturalidad, integración y la justicia social”.
Marilo Damián, una de las siete mujeres, nos habló de “un milagro, una ilusión cumplida”. Inma Santana constató que “el sueño de siete mujeres se hizo realidad”. Mari Carmen Casas recordó el objetivo de “crear un lazo entre Córdoba y distintos rincones del mundo en conflicto”. Carmen Salamanca manifestó gratitud por la generosa colaboración de las instituciones públicas. Y Virginia Molina expresó palabras cálidas de “agradecimiento de corazón” a una larga lista de colectivos sociales y artísticos que se sumaron y dieron color al evento con extraordinaria diversidad de expresión artística. Ana Belén Rodriguez quiso recordar “el calor humano que nos ha acompañado en esa gran Marcha”. Caróla Reintjes expresó la convicción de que “otro mundo es posible cuando unimos nuestra energía y fuerza”. Todas han querido recordar que ha sido la ciudadanía la que hizo el evento suyo y con ello hizo posible el gran éxito de la Marcha por Paz, la Interculturalidad y el Mestizaje.
El 19 de octubre en Israel-Palestina, y el 3 de junio en Córdoba, mujeres y hombres celebraron la paz, cansados de la incapacidad de los gobernantes de garantizar seguridad y paz a pueblos tan sufridos. El diplomático Jan Egeland, uno de los padres de los Acuerdos de Oslo entre Israel y Palestina constató hace pocos días (el diario.es, 9.06.2017) que “Ahora está claro que fracasamos.(…) Los diplomáticos extranjeros no están cumpliendo con su deber de proteger a la población palestina ocupada (…) Las agencias humanitarias empiezan a estar cansadas de construir y reconstruir sólo para que se destruya una y otra vez».
El anhelo de paz está invadiendo pacíficamente la agenda social, y las agendas políticas nacionales e internacional se tendrán que hacer eco de este grito silencioso de la ciudadanía. En palabras de Futna Yaber, mujer árabe israelí:“Todos amamos a nuestros hijos. Palestinos e israelíes podemos vivir en el infierno o en el paraíso. Todos vivimos en esta tierra de leche y miel. Si la tarta se reparte correctamente a todos nos va a tocar dulce”. Harkavi, madre y abuela israelí judía que participa en el Movimiento Women Wage Peace nos recuerda que “Hace dos años mi hijo estaba en el servicio militar; combatió en la guerra de Gaza. Decidí entonces que no quería lavar más uniformes militares. Quiero paz.”
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