Este texto se ha elaborado colectivamente con las ideas de chicos y chicas de la clase de cuarto, que han aportado pequeños textos y dibujos sobre las desigualdades observadas a través de las personas que conocen, los medios de comunicación, informaciones directas que les llegan, etc. Responden fundamentalmente a experiencias concretas vividas en el aula.
Alumnado de 4º del colegio Juan Rufo de Córdoba
Publicado en Número 10 de la edición impresa (Feb/Mar 2018)
Hay muchas diferencias entre nosotras y nosotros y los niños de otros lugares.
Por ejemplo, aquí tenemos una pizarra digital y ellas y ellos no tienen.
Un lápiz les puede durar un año.
Hay niños y niñas que no tienen libretas ni material.
En algunos lugares, a las niñas les cuesta ir al colegio porque sólo van los niños;
las niñas se quedan haciendo las tareas de la casa.
Algunos recorren caminos y puentes muy peligrosos para nada más que ir al colegio.
¡Qué injusto!
Los colegios de algunos muy pobres no tienen pizarras,
ni asientos con mesas para ellos y ellas.
¡Qué injusto!
Algunos no pueden ir a la escuela porque son pobres.
A algunos niños y niñas no les permiten ir al colegio porque los ponen a trabajar.
En algunas zonas de África hay mucha pobreza.
Para poder obtener agua tienen que andar muchos kilómetros hasta que puedan conseguirla para cocinar, asearse, hervirla y poder bebérsela.
Sus madres pueden andar todo el día para buscar comida y agua.
La guerra es una de las peores situaciones que afronta cualquier país.
Los niños son los primeros afectados. Pierden sus derechos a la educación, a la sanidad e incluso a algo tan básico como la alimentación.
Los inmigrantes son personas que salen de su país por las guerras, el desempleo etc.
Pierden su trabajo y su vivienda y tienen que volver a recuperarlo en un nuevo país.
No es fácil inmigrar porque no se puede en todos los países.
Los inmigrantes necesitan atención sanitaria.
Vienen de sus países porque no tienen suficientes medicinas.
Pasan hambre y frío. No tienen trabajo. Tienen que huir por las guerras.
Y esas personas tienen derecho a comida y médicos.
A muchas niñas y mujeres las maltratan todos los días y destrozan sus vidas.
No curan a la gente porque es distinta.
Hay personas de las que se burlan por sus diferencias, su idioma, su religión.
Esta situación tendría que cambiar, por ejemplo, que tengan una vivienda digna; comida, ropa y una buena educación; médicos que les ayuden cuando están enfermos.
Tenemos que prestarles ayuda.
Así que hay que pedir a los gobiernos que solucionen estos problemas.
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