El pasado sábado 22 de mayo tuvo lugar una acción, denominada «Em Chamas«, en Lisboa, con los objetivos principales de reclamar la no construcción de nuevos aeropuertos, un plan que garantice el trabajo y la reconversión para todas las personas que trabajan en el sector de la aviación y, además, un plan de electrificación total y extensión del ferrocarril en Portugal a todas las capitales de distrito en los próximos tres años. En esa acción de desobediencia civil no violenta, que salió de la terminal de llegadas del Aeropuerto Humberto Delgado para bloquear la Plaza del Aeropuerto, las aproximadamente 200 personas participantes bloquearon durante una hora los tres accesos a la rotonda con tubos de bloqueo y trípodes, antes de ser desalojadas por la policía. 26 activistas fueron detenidas, entre ellas dos integrantes del colectivo Salmorejo Rebelde de Sevilla que se habían desplazado a Lisboa para acompañar a las compañeras portuguesas, y que han mostrado también su oposición a la ampliación de los aeropuertos andaluces de Sevilla y Málaga, apostando por la mejora de la conexión ferroviaria entre Andalucía y Portugal.
Las activistas detenidas han denunciando irregularidades en el tratamiento recibido por la policía portuguesa. Las 26 personas fueron llevadas a comisaría sin recibir ninguna información sobre el motivo de la detención hasta pasadas las cuatro horas en custodia policial. A las dos sevillanas se les negó el derecho a ser informadas en su idioma de su situación, ya que las declaraciones de la policía se realizaban únicamente en portugués. Estos hechos constituyen una violación del artículo 5 párrafo 2 de la Convención Europea de Derechos Humanos según la cual «toda persona detenida preventivamente debe ser informada, en el más breve plazo y en una lengua que comprenda, de los motivos de su detención y de cualquier acusación formulada contra ella«.
Durante el proceso de registro, las mujeres detenidas fueron obligadas a desnudarse en un tratamiento humillante, incluida en algunos casos una exploración anal visual, sin que se les explicara el motivo de este procedimiento y la diferenciación con los hombres quienes fueron inspeccionados sin que se les obligara a desprenderse de su vestimenta. Esto lesiona de nuevo los derechos humanos, recogidos en el artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos el cual establece que «nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes«.
Durante las 8 horas que duró la detención, todas las detenidas se vieron obligadas a permanecer en una sala poco ventilada y de tamaño insuficiente para mantener las distancias de seguridad necesaria según los protocolos de prevención de Covid 19.
Hoy lunes 24, a las 13:30h de hora portuguesa, estas personas tendrán que comparecer en los juzgados del Campus Justiça de Lisboa donde se ha convocado una concentración de apoyo en las puertas del edificio así como una rueda de prensa.
Las activistas reivindican el derecho a la desobediencia civil frente a la inacción institucional ante la emergencia climática tal y como lo recoge la declaración del People’s Climate Case contra el Consejo y el Parlamento Europeo.
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