Mujeres hortelanas, mariscadoras, ganaderas y jornaleras. Desde tiempos inmemoriales han jugado un papel clave en la alimentación y en la relación con el territorio, compartiendo estos trabajos con la crianza, el cuidado de mayores y el tejido de las relaciones comunitarias. Reconocer su valor y aprender de ellas puede ser una de las claves para nuestro futuro.
Por eso, con motivo mañana del 8 de marzo, Ecologistas en Acción lanza una campaña para recopilar imágenes de las mujeres trabajadoras del sector primario, del pasado y del presente, invisibilizadas al igual que la tierra que habitan y transforman. El objeto de estas imágenes es contribuir a imaginar un futuro justo y respetuoso con la vida.
La campaña tendrá forma de concurso de fotografía, y el 8M -Día internacional de las mujeres- se dará el pistoletazo de salida. En la web de Ecologistas en Acción se pueden consultar las bases del concurso.
El sector primario reúne todas esas actividades que se vinculan directamente con la tierra, con los ríos y mares, con los bosques, las minas, las fuentes y los campos de cultivo, en definitiva, aquellas actividades que permiten el abastecimiento imprescindible para la vida. La crisis socioambiental coloca a las personas frente a la fragilidad de esos sistemas vivos y la sobreexplotación y el deterioro al que están siendo sometidos. La destrucción de la capacidad reproductiva de la tierra es una amenaza que se extiende entre los seres humanos a gran velocidad.
A pesar de su centralidad, las personas que trabajan en el sector primario sufren menosprecio, olvido, precariedad y abandono, a veces de forma extrema, como es el caso de muchas temporeras migrantes carentes de redes de apoyo y expuestas a abusos de todo tipo. Es urgente denunciar estas condiciones con contundencia.
Ecologistas en Acción destaca que la cultura urbana y productivista afirma que el orden patriarcal separa los espacios productivo y reproductivo, asignando el primero a los hombres y el segundo a las mujeres. Sin embargo, una mirada a la vida de estas últimas, especialmente las rurales, muestra una realidad muy diferente. Por ello, la organización ecologista quiere visibilizar a todas aquellas que están ocupando espacios productivos esenciales en los pequeños huertos familiares, en cooperativas agroecológicas, cuidando a los animales, mariscando en las playas, en la recolección de plantas, en pequeñas explotaciones ganaderas, en explotaciones salineras o mineras, y lo hacen enfrentándose cotidianamente a las barreras que la cultura patriarcal y la lógica de maximización del beneficio intenta imponerles.
Muchas mujeres del sector primario se han organizado en cooperativas, en asociaciones, en redes informales de apoyo mutuo, con el objeto de dignificar su trabajo y de fortalecer unas formas de trabajar y relacionarse con la tierra más sostenibles social y ambientalmente.
Marta Pascual, portavoz de Ecologistas en Acción, resume el objetivo de esta campaña: “Mirarlas, conocerlas, no es solo una forma de reconocer su trabajo y hacerlas presentes. También pueden enseñarnos y servirnos de inspiración para pensar un mundo con modos de producción respetuosos con nuestro medio. Frente a un orden económico y cultural que está en guerra contra la vida, ellas se levantan cada mañana y alimentan la resistencia”.
Más allá del sector primario
Estos trabajos del sector primario se vinculan directamente con las tareas de abastecimiento doméstico cotidiano que protagonizan las mujeres. En esos espacios domésticos se dan también muchas decisiones de consumo, procesos de transformación de alimentos, manufacturas o gestión de residuos. Estas acciones pueden ser centrales para la defensa de un futuro sostenible.
Ecologistas en Acción reconoce la labor de todas las mujeres, las que realizan trabajos de cuidados y las que al mismo tiempo trabajan en el resto de sectores. Como cada 8 de marzo, la organización se sumará a las manifestaciones de todos los territorios del Estado español para reivindicar condiciones de vida dignas para las mujeres del campo o del mar, pero también las de las ciudades, para las que defienden la salud, la educación, las que limpian y las que trabajan en el comercio, la industria o los servicios. Porque visibilizar a las mujeres, igual que visibilizar a la tierra, es condición necesaria para ese futuro justo y sostenible que hoy está en riesgo.
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