*Atención, este artículo contiene spoilers.
El soul es elegido como género musical por antonomasia por el melómano protagonista de la película, Jimmy Rabitte, ya que piensa que “es la música del orgullo negro, la música de la clase obrera, del sexo y de la libertad”. Es dignidad, es música social porque lleva el mensaje de redención de las clases bajas y es antidrogas. Todo ello hace que se lance a hacer un casting para convertirse en el manager del grupo que crea junto a dos de sus amigos, tomando el concepto de la `comunidad´, como nexo de unión del grupo pese a las dispares disputas de los miembros tanto por celos o envidia como por fama y ambición.
Cabe señalar que el soul es un estilo musical que nace en el sur de EEUU a finales de los años cincuenta de la fusión entre el rythm & blues, el doo-wop (o du-duá) y el góspel, gracias a las diferentes migraciones afroamericanas. Además, podemos comprobar cómo el concepto de ‘comunidad´ es tomado directamente del góspel y llevado al ámbito profano donde se seculariza el lenguaje. Este hecho impregna tanto su lenguaje musical como la estructura de las formaciones que lo interpretan y se convierte en algo más que un estilo musical, lo cual vamos a poder ver directamente en el filme. Además, también, como señala Israel Rojas Lores, “es la música que recoge el momento histórico de la integración de los negros en la sociedad americana […] Es por ello que se afirma que este género simboliza la revaloración de la identidad negra y de su cultura”.
Es así como el nacimiento del soul, que llega tras la Segunda Guerra Mundial, toma sus primeras tomas de contacto de manos de Ray Charles, Otis Redding, Wilson Pickett o James Brown. Más tarde, debido a la lucha por los derechos civiles raciales, revolucionó las calles y adquirió un valor de símbolo dentro del contexto social con la figura de Aretha Franklin y la integración de los afroamericanos en la sociedad americana, expresando los sueños e ideales de la población negra que ahora, por fin, podían hacerse realidad hasta cierto punto. Este lenguaje musical no solo se queda en el auge de los años 60-70, sino que va a influenciar a la música contemporánea, sufriendo un declive gradual a partir de los 80´ debido a la aparición de la música disco, el hip-hop y el funk, lo cual le llevaría a crear nuevos submovimientos musicales.
Pese a pertenecer en su origen a la cultura afroamericana como hemos comentado, se le han ido inscribiendo diferentes significados culturales que le han dado un sentido diferente, creando así diferentes funciones dentro de la sociedad, y construyendo unos patrones poco a poco para reeducar al ser humano frente al sonido, usándose la identificación entre la marginación de los negros en Estados Unidos durante los años sesenta y la que sufren en los años ochenta los habitantes de Barrytown.
Los irlandeses de The Commitments como grupo social adoptan la forma cultural de otro pueblo -el afroamericano y el soul– y sustituyen, completa o parcialmente, las formas propias que van intentando proyectar a su público, a sus fans.
En esta adaptación de ‘préstamo, transposición o fidelidad de trasformación, al tomarse como base la obra literaria y realizarle ciertas modificaciones -como ocurre con el final-, encontramos que la música se presenta de forma directa ya que los propios actores son músicos -a excepción de Bronagh Gallagher y Johnny Murphy que tuvieron que aprender-, lo cual hace que todas las canciones versionadas que se presentan, reafirmen el carácter realista de la película -de cierto aspecto documental- y hagan trasgredir el soul. Esto, unido al hecho de tratarse de un cine social que refleja la propia problemática laboral irlandesa -sociedad obrera y en paro- y los barrios marginales -en este caso, el ficticio Barrytown-, es utilizado para mostrarnos la creación y el caos de un grupo de soul dublinés a finales de los ochenta. La fotografía de la película y el hecho de mostrarnos el norte de Dublín y sus barrios obreros, sirve para junto a las canciones, captar la propia esencia de este tipo de música sin necesidad de escucharla. Esta objetividad de la imagen realista de la ciudad que capta la cámara se une a la manifestación subjetiva que aporta la música en el filme, ya que la música no sólo acompaña a la imagen, sino que además ayuda al espectador a profundizar en su fuerza visual.
Ese concepto de ‘comunidad´ del que venimos hablando no solo refleja la unión del grupo sino la propia identidad y pertenencia a una clase social específica, como es el caso de dicho filme, ya que todos sus integrantes pertenecen a una clase social proletaria junto al estado laboral de estar en el paro -con excepción tal vez de Imelda- y una situación geográfica como es Irlanda, convirtiéndose así, el ritmo y sus letras, en una forma de conocer dicha realidad espacio temporal. Por otro lado, no hay que dejar de lado las funciones con las que cuenta la música, encontrando en este soul dublinés la función lúdica, que podemos comprobar en varios de los ensayos del grupo, la función emotiva, la cual no solo se puede ver en el empeño de seguir adelante con la banda pese a ciertos fracasos, sino en las propias entrevistas ficticias de Jimmy; la función de expresión emocional y de comunicación al no solo servir como descarga sino reflejar la situación laboral de Irlanda; la de respuesta física que podemos ver en el vídeo en blanco y negro del afroamericano que canta con un ritmo frenético; la de contribución a la integración de una sociedad y la de contribución a la continuidad y estabilidad de una cultura mediante el hecho de “ser negros y estar orgullosos”; y la función de cohesión e identidad ya comentadas.
Algunas de las características del soul que vamos a encontrar en The Commitments van a ser la llamada y respuesta entre el solista -Deco- y el coro compuesto femenino -Berni, Imelda y Natalie-, y un sonido vocal particularmente tenso que va a enfatizar aún más las disputas entre el grupo al tener tanta importancia el solista y tratarse de un personaje, Deco, tan egocéntrico y dispar. El género utiliza también, ocasionalmente, añadidos improvisados, giros y sonidos auxiliares que ayudan a expresar la libertad de opresión de la clase baja. En cuanto a instrumentos propios del soul destacan el piano -Steven-, la guitarra -Outspan-, el bajo -Derek-, y los arreglos con metales como la batería -Billy y más tarde Mickah-, además de la gran importancia que tienen los instrumentos de viento en su ejecución como el saxo -Dean- y la trompeta -Joey `el labios´-.
De igual manera, encontramos el concepto del `éxito´, que es propio de este género musical, ya que desde sus inicios “los grandes creadores negros solían proceder de un entorno humilde, por tanto, para ellos los signos externos de riqueza y clase cobraban una enorme importancia como símbolos de éxito” (Israel Rojas Lores) siendo así, algo más que un estilo musical en el que el ritmo predominante es sincopado, rompiendo la regularidad al también tratarse de extravagancia. Este hecho lo podemos ver también en el hecho de cómo cambian sus vestimentas en el escenario, ya que “en los años 40´ y 50´ eran emblemáticos los trajes de brillante alpaca y confortable mohair que orgullosamente lucían los miembros de los grupos vocales que entonces proliferaban. Más tarde, este `uniforme´ sin gracia acaba cambiándose en algunos de los personajes como el solista, el batería, el bajo y el guitarra en el último de los conciertos, donde podemos comprobar un aumento en la libertad de movimientos y ritmo.
Por último, nombrar una de las características más importantes del soul que viene directamente del R&B, la emoción. Soul es sinónimo de emoción y en uno de los lugares donde más se muestra esto es en el escenario, en concreto, en la escena donde el batería está tan emocionado que se le caen los platillos y dice: “lo siento Joey, me he dejado llevar”; o en el momento en el que el solista está tan metido en la canción que toca con el pie de micro al guitarra y explota la conexión eléctrica.
La música es uno de los medios artísticos que más fácilmente llega al alma del receptor, ya que no necesita ni letra, tratándose así de un lenguaje universal superior comunicativamente. En el caso de The Commitments, podemos comprobar como lo más importante es su función expresiva que es capaz de articular los discursos identitarios de los personajes y su posicionamiento como sujetos en un espacio, lo cual nos lleva a un filme donde mostrar el cómo se dice -mediante movimientos rítmicos, letras trasgresoras o actitudes liberales- que el qué -las entrevistas ficticias de Jimmy donde casi no se dice nada-; hecho que es una gran descripción del soul en la actualidad.
Además, desde nuestro punto de vista, creemos que en la actualidad y gracias a los avances tecnológicos y al boom de los libros electrónicos, crear una novela que incluya el lenguaje musical puede realizarse mediante un formato que incluya los propios enlaces a los videoclips o a las canciones de las que los personajes están hablando o incluso hacer que a la vez que estamos leyendo el texto en cierta página o capítulo, se nos reproduzca sonidos tanto musicales como ambientales, enriqueciendo la obra textual y añadiéndole este nuevo lenguaje con la finalidad de incluir al lector que no conozca los títulos de referencia que se están citando. De igual forma, pensamos que este nuevo formato solo debería llevarse a cabo en ciertos tipos de textos en los que, como ocurre en esta novela, los significados musicales y extramusicales nos sean completamente necesarios para entender tanto la personalidad de los personajes como el mundo en el que estos se mueven, pudiendo crear de este hecho, un lector-prosumidor.
0 comentarios