Un grupo de vecinos y vecinas cordobeses han formalizado la creación de la comunidad energética La Chispa este domingo 18 de mayo en la asamblea constitutiva celebrada en el centro social Luciana Centeno.
Este proyecto, que lleva forjándose desde 2023, se establece como una cooperativa de consumo que nace con el objetivo de impulsar un nuevo modelo energético basado en energías renovables, distribuido y en manos de la ciudadanía en los barrios de Córdoba.
Constituidos, de forma legal, como cooperativa de consumo, los miembros de La Chispa han aprobado sus estatutos y elegido al Consejo Rector, que se regirá por las decisiones tomadas en asamblea en consenso. También se ha acordado el nombre de La Chispa, que para uno de los asistentes “si de una chispa nació el fuego y todos los avances que trajo consigo, de una chispa pequeña como la nuestra buscamos algo más grande como cambiar el sistema energético”.
Esta comunidad energética se basa en la creación de iniciativas locales y sostenibles ideados por la propia comunidad que fortalece el tejido social y medioambiental de Córdoba y la economía circular, y devuelve el protagonismo a la ciudadanía.
La solidaridad, la sostenibilidad, la autonomía y la comunidad son los principios sobre los que se basa la actuación de esta comunidad que pretende ser una herramienta para la transición energética, pero también para el fortalecimiento de la participación ciudadana.
El autoconsumo colectivo
Aunque la misión de La Chispa va más allá de la producción y consumo de las energías renovables o un simple ahorro económico, este es un punto clave para muchas de las personas implicadas, con más sentido en lugares donde la instalación de placas fotovoltaicas no está permitido como es el caso del Casco Histórico.
Para hacer frente a esa imposibilidad de instalar placas en el casco histórico, pero también como una forma de organización conjunta que en el caso del autoconsumo colectivo facilita y hace eficiente la inversión y los recursos empleados.
Así, el primer proyecto que presenta esta comunidad es la puesta en marcha de una instalación fotovoltaica de 50 Kw que pueda proveer a un grupo de entre 30 y 40 familias. Para llevar a cabo la instalación, la comunidad una vez constituida, buscará una cubierta óptima para albergar los paneles fotovoltaicos. De esta manera, las familias que formen parte del proyecto estarán generando energía limpia, cercana y compartiendo gastos y mantenimiento, obteniendo descuentos en su energía y contribuyendo al cuidado del planeta, así como a la creación de comunidad y avance hacia la soberanía energética.
Otras de las posibilidades que se abren ante esta comunidad son la creación de proyectos conjuntos de rehabilitación de edificios, adaptación de los barrios al cambio climático, lucha contra la pobreza energética y el fomento de la movilidad sostenible. Así, un 5% de la energía generada en las plantas de autoconsumo será destinada a organizaciones sociales.
La sede social de la comunidad está en el Mercado Social La Tejedora, a donde podrán acudir las personas en busca de información. También está disponible el enlace de participación como persona socia.
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