Antes de ayer, 24 de junio, llegaron las vacaciones de verano. Cierto que sólo para los y las escolares, pero eso no le resta el encanto de saber que las nuestras vienen de camino, ¿verdad?.
Algún viajecillo furtivo a la playita, si es posible, o en su defecto una visita a la piscina, tiempo de helados, ensaladas fresquitas, cenas frugales y paseos nocturnos, que a otras horas nos dicen no ser muy recomendables y los niños y las niñas a deshoras en la calle, con la fresca o con el fresco, ¡cada uno con quien pueda! Hasta altas horas de la noche.
Es el verano. Cuando las agendas se relajan y el cuerpo pasa a estado de semi letargo. ¡Qué menos!, que todas y todos nos merecemos un descanso.
Por cierto, se nos olvidaban las calificaciones. Sí, las notas del curso recién terminado.
¿Qué?, ¿cómo han ido?, ¿has aprobado?, ¿te ha quedado alguna asignatura pendiente? ¿O por el contrario has salido con un notable alto!?
Cuando hacemos autoevaluación de nuestro rendimiento, la verdad es que solemos ser exigentes, quizás demasiado, ¿a qué sí? Suele ocurrir cuando nos hemos puesto altas metas y nos damos cuenta que fueron muchas, quizá demasiadas.
Nunca está de más que pidamos la luna, que por pedir que no sea, si eso no nos hace perder la cabeza y la energía para seguir viviendo.
Que sea importante querer llegar no debe distraernos de lo vivido y lo logrado en el camino. Ya lo dijo Kavafis de manera muy hermosa en el poema “Ítaca”.
Que sea importante querer llegar no debe distraernos de lo vivido y lo logrado en el camino. Ya lo dijo Kavafis de manera muy hermosa en el poema “Ítaca”.
Así pues, que el tiempo de los repasos te sea benefactor para llegar, nuevamente, a emprender la aventura de otro curso, el próximo, con energía, con alegría para emprenderlo, para vivirlo.
Como ves, hoy no hemos querido ser intensas, ni contigo ni con nosotras mismas. Que nos merecemos, en un tiempo donde el mundo conocido se debate con tantas incertidumbres, un respiro para sentirnos vivas, continuar viviendo y emprendiendo nuevos proyectos que ayuden a construir.
Construir, cada cual donde esté, con sus mimbres, energía y queriendo ser y procurar ofrecer un generoso rayo de luz a nuestro alrededor. Que eso también hará que el mundo siga girando y, ¡no lo dudes!, será si tu impulso continúa empujando.
Que el verano te sea reparador y venturoso.
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