Córdoba, 10 de diciembre de 2018.
La delegación en Córdoba de la APDHA ha presentado, en el marco de la conmemoración del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un avance de un informe en el que se analizan las situaciones discriminatorias que sufren las personas migrantes y de minorías étnicas en Córdoba, que dificultan gravemente el ejercicio de sus derechos fundamentales. El documento está disponible en:
Barreras discriminatorias étnicas-raciales-de origen para el ejercicio de lo ddff
El presente avance se centra en un estudio de campo sobre la perspectiva de la ciudadanía cordobesa respecto a la discriminación que afecta a estos colectivos. Algunos de los resultados obtenidos son especialmente significativos, y dan idea de la preocupante dimensión de la realidad objeto de análisis. La muestra, de carácter cualitativo, abarca a cordobeses/as de todo rango de edad, estrato socioeconómico y lugar de residencia. En ella se confirma que los estereotipos sobre estas personas están profundamente arraigados en nuestra sociedad, lo que fomenta los prejuicios y pueden acabar incluso incitando actitudes de intolerancia y odio más extremas.
En la línea de lo anterior, llama poderosamente la atención que el 70% de las personas consultadas respondieran afirmativamente a la pregunta “¿Los/as inmigrantes vienen a España a delinquir?” o que a la misma pregunta respecto a las personas de etnia gitana el asentimiento alcanzara casi al 57%. Y los estereotipos y los prejuicios parecen ser resistentes a la realidad, ya que España es el tercer país europeo con menos tasa de criminalidad, y dicha tasa no ha dejado de descender durante los años en que la población migrante crecía en España (ver Stop rumores).
De nuevo la imagen distorsionada de nuestros/as vecinos/as de origen migrante emerge cuando hablamos del empleo. Cerca del 56% de las respuestas registradas indican que estas personas restan oportunidades de trabajo a los/as nacionales españoles/as, a pesar de que las cifras indican que los/as trabajadores/as extranjeros/as apenas representan el 10% de la fuerza laboral de esas país (incluyendo también a los/as ciudadanos/as UE), que ese mismo % es su peso entre los que perciben prestaciones por desempleo o que la precariedad laboral se ceba con mucho más rigor sobre los/as trabajadores/as migrantes en comparación con los/as españoles/as (ver Stop rumores).
El prejuicio lleva incluso a ver muchas más personas refugiadas, o extranjeras en general, de las que realmente hay. El 58% de los/as cordobeses/as entrevistados/as consideraba que hay demasiados/as refugiados/as, mientras que la realidad es que el total de la población extranjera en nuestra provincia, tenga la condición de refugiada o no, apenas representa el 2,6% (Ver datos del Padrón del INE a 01/01/2018). Igualmente considera el 57% de los/as encuestados/as que las familias refugiadas reciben más prestaciones que las españolas, algo que habitualmente se extiende a todos/as los/as inmigrantes en general. Una vez más los datos reales destruyen esta percepción, ya que el número de los/as usuarios/as de los servicios sociales de origen inmigrante se reduce a un exiguo 9% en Andalucía o entre los/as pensionistas en España tan solo se contabilizan menos de un 1% de nacionalidad extranjera (ver Stop rumores ).
Otros muchos datos más en el informe confirman que los estereotipos de tinte racista y xenófobo están fuertemente asentados en nuestra sociedad. Pero a nuestro juicio, lo más peligroso es que no hay una conciencia social de ello: después de dar el tipo de respuestas que hemos descrito, la mayoría de las personas entrevistadas afirmaban no tener prejuicios respecto a la población migrante y las minorías étnicas (45%), ni haber actuado nunca de forma discriminatoria respecto a ellas (61%).
Por todo lo expuesto, desde la APDHA reivindicamos a los poderes públicos medidas urgentes de sensibilización para combatir este tipo de percepciones negativas sobre colectivos especialmente vulnerables, como son la población de origen migrante y las minorías étnicas, haciendo un especial hincapié en el ámbito educativo. Igualmente hay que hacer un llamamiento a la responsabilidad a medios de comunicación y a las formaciones políticas a la hora de tratar noticias y realizar campañas electorales en esta materia, ya que la frivolización, cuando no directamente la manipulación, generan el caldo de cultivo perfecto para la intolerancia y el crecimiento de la ultraderecha, como tristemente hemos comprobado en los últimos comicios andaluces.
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