Delegación en Córdoba de la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados.
Publicado en la edición en papel de Paradigma. Número 11. Anuario 2018.
La Asociación Andaluza de Barrios Ignorados estamos presentes en la mayoría de capitales andaluzas. Está formada por vecinos y vecinas de lo que nosotros denominamos barrios ignorados. En Córdoba en concreto nos referimos a los barrios de Guadalquivir, Las Moreras y Las Palmeras. Nos llamamos ignorados porque las actuaciones que se llevan a cabo en ellos ignoran las causas que provocan aquello que se quiere abordar.
Hablar de barrios pobres, marginados, excluidos, es un tema complejo y delicado, las etiquetas suelen mostrar de una manera simplista algún aspecto de la realidad a las que nos referimos y no ayudan a ver, a conocer lo más profundo, la esencia de la realidad a las nos referimos con estos términos. Además se corre el riesgo de estigmatizarlos aún más de lo que lo están.
Estas etiquetas suelen ir cambiando con el tiempo en función de la sensibilidad desde donde la miremos. Al margen de la terminología empleada el hecho es que en Andalucía la Junta de Andalucía ha establecido que hay 99 zonas que ha llamado zonas desfavorecidas. En estas zonas no ocurre nada distinto que no podamos encontrar en otros barrios: desempleo, falta de recursos para llegar a fin de mes, violencia de género, falta de formación de los jóvenes, etc. La principal diferencia es que estos problemas se dan de una manera más “concentrada” dentro de la misma unidad familiar y dentro del mismo barrio, lo que provoca una serie de fracturas sociales que “marcan” a las familias y personas que residen en ellos.
Las distintas administraciones llevan años intentando abordar estas zonas con distintos planes. En 1989 aprobó el primer Plan de Barriadas de Actuación preferente, (el próximo año se cumplirá 30 años de actuación) en ocho barriadas andaluzas, número que con el tiempo se fue ampliando con otros programas como el de Zonas con Necesidades de Transformación Social.
En el primer semestre de 2018 la Consejería de Políticas Sociales e Igualdad ha presentado un nuevo plan «Estrategia Regional Andaluza para la cohesión e inclusión social. Intervención en zonas desfavorecidas» (ERACIS) en el que establece que son 99 las zonas mencionadas anteriormente (914 103 habitantes).
Lo primero que llama la atención es que las ocho barriadas del primer plan siguen incluidas en éste, lo que pone de manifiesto el fracaso de todas las políticas realizadas en estas zonas a lo largo de las últimas tres décadas, cómo recoge el propio documento en el apartado de conclusiones del diagnóstico de las zonas desfavorecidas identificadas.
Estas conclusiones las podemos agrupar en los siguientes puntos;
– Se carece de instrumentos estadísticos válidos para detectar y delimitar con solvencia las situaciones de exclusión en las zonas.
– El problema de la exclusión en Andalucía por su dimensión territorial y de magnitud es un problema andaluz y estructural que se ha visto agravado con la crisis.
– Son varias las causas del surgimiento de estas zonas: la ordenación urbana con la existencia de barreras físicas o simbólicas, y concentración de población en situación vulnerable.
– El incremento de la pobreza, la desigualdad y la “ruptura” son las principales características de las zonas desfavorecidas: ruptura de las relaciones con el exterior de la zona, de la organización social; de las redes de confianza que provocan un proceso degenerativo que solo es reversible mediante una actuación concentrada en el tiempo y en el espacio.
– No se han obtenido resultados suficientemente satisfactorios mediante el incremento de esfuerzos en políticas sociales de educación, salud y otras, a pesar los reforzamientos de dotaciones, actuación protocolizada, de la labor que están realizando los servicios públicos, entidades sin ánimo de lucro y el voluntariado.
– Las actuaciones públicas llevadas a cabo se han caracterizado por no estar coordinadas efectivamente y por no contar con continuación en el tiempo.
– El RETO es modificar la lógica de intervención de lo que se ha venido haciendo.
Una lectura rápida de la ERACIS puede hacernos pensar que la propuesta de esta nueva estrategia va en la línea de dar respuesta su propio diagnóstico, pero no es así por los siguientes motivos.
Se propone establecer planes locales de intervención que tal como vienen diseñados carecen de un enfoque integral y comunitario real. En estos planes se sigue proponiendo actuaciones puntuales vía subvenciones, como ya se viene haciendo y la propia estrategia reconoce que este modo de actuar se debe evitar. No se garantiza que las intervenciones ordinarias (las que podemos considerar estructurales) de las distintas administraciones estarán sujetas a la estrategia (cada administración seguirá actuando por su lado, dentro de las competencias que tienen establecidas). No se garantiza la participación de los propios vecinos. Los indicadores establecidos son poco ambiciosos, mal definidos y no se establecen las metas a alcanzar, por lo que la evaluación al final de esta intervención no podrá ser lo suficientemente objetiva.
La Junta de Andalucía si bien reconoce que el problema de la exclusión en Andalucía por su dimensión territorial y de magnitud es un problema andaluz y estructural sigue sin asumir la responsabilidad de esta realidad al no integrar estas actuaciones en las políticas ordinarias que lleva a cabo en estos territorios. Al trasferir el presupuesto a los ayuntamientos, ONGs y empresas perceptoras de ayudas, también trasfiere la responsabilidad del seguimiento y evaluación de éstas, provocando una atomización de actuaciones no coordinadas entre ellas. Es urgente establecer planes integrales comunitarios que superen los errores del pasado.
La ERACIS establece que el RETO es modificar la lógica de intervención de lo que se ha venido haciendo. Reto que sigue pendiente
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