El próximo jueves 6 de agosto se cumplen 75 años del lanzamiento de la primera bomba atómica por parte del ejército estadounidense sobre la población japonesa de Hiroshima, al que siguió tres días después otro sobre la ciudad de Nagasaki. Unas masacres sobre la población civil que dieron fin a la Segunda Guerra Mundial pero abrieron un periodo de terror nuclear que aún sigue amenazándonos.
Con este motivo, como ya es tradicional, la Asamblea Antinuclear de Córdoba convoca una concentración en memoria de las víctimas de esos terribles bombardeos y de todas las víctimas que la energía nuclear ha producido y sigue produciendo en todo el mundo. Por eso, la concentración mantendrá los lemas en los que venimos insistiendo: “Hiroshima y Nagasaki nunca más”, “Fukushima nunca más”, “Chernobil nunca más”, “Cierre del cementerio nuclear del Cabril”, “Energía nuclear, ni civil ni militar”.
En estos momentos, en que todo el planeta padece los efectos de una pandemia que está provocando cientos de miles de muertos y gravísimas consecuencias sociales y económicas, tenemos que alzar nuestra voz para denunciar que la carrera armamentística que mantienen las grandes potencias mundiales no solo es una amenaza para la seguridad y supervivencia de la vida en la Tierra sino una absoluta inmoralidad, al dedicar ingentes recursos monetarios, materiales, de investigación y de trabajo a crear armas mortíferas en lugar de dedicarlos a garantizar la vida y la salud de la Humanidad.
Mientras existan armas nucleares, estaremos sometidos al terrible riesgo de su uso en caso de un conflicto bélico o un atentado terrorista. El potencial destructivo del arsenal nuclear, que fundamentalmente está en manos de Estados Unidos y Rusia, es inmenso y con la tecnología disponible permitiría descargar en pocos instantes unas 2.600 ojivas de altísimo poder, equivalentes a 100.000 bombas como la que, en su día, fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima. Arrasarían nuestro planeta.
Por eso, la Asamblea Antinuclear exigirá que el actual Gobierno español, tal como se comprometió, ratifique el Tratado Internacional sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, auspiciado por Naciones Unidas, que ya han suscrito 122 países pero rechazó firmar en 2017 Mariano Rajoy, obedeciendo a los intereses de la OTAN y Estados Unidos.
No olvidamos tampoco los riesgos del llamado “uso civil” de la energía nuclear, que han ocasionado y ocasionan una contaminación radiactiva imposible de eliminar durante siglos, con sus efectos sobre la salud y la vida, a los que se añaden las gravísimas consecuencias de los innumerables accidentes de las centrales nucleares, como nos siguen recordando las secuelas de Chernobyl y de Fukushima. Por eso, volveremos a exigir al Gobierno español firmeza en el plan de cierre de los 7 reactores nucleares funcionantes en nuestro país, descartando la posibilidad de autorizar la prórroga de funcionamiento de las centrales de Vandellós y Almaraz que ahora están planteándose. Igualmente, un plan de control y cierre del cementerio nuclear de El Cabril que padecemos en la provincia de Córdoba.
FORMAN PARTE DE LA ASAMBLEA ANTINUCLEAR:
ANIDA
- Córdoba en Común
- Ecologistas en Acción Córdoba
- EQUO
- HORNASOL, Asociación Ecologista de Hornachuelos
- Ingeniería sin Fronteras, ISF
- Izquierda Unida (IU-LV-CA)
- Partido Comunista de Andalucía, PCA Córdoba
- Podemos
- USTEA
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