El sector eléctrico en nuestro país mueve 26.000 millones de euros anuales dando un servicio básico a todas nuestras viviendas y resto de actividades económicas. Está controlado por tres grandes empresas ENDESA, Iberdrola y Gas Natural FENOSA y dos algo más pequeñas Eléctrica del Viesgo y EDP, asociadas en UNESA, funcionan como un oligopolio.
José Larios Martón. Comisión Ejecutiva Federal EQUO
Publicado en Número 10 de la edición impresa (Feb/Mar 2018)
El sector eléctrico en nuestro país mueve 26.000 millones de euros anuales dando un servicio básico a todas nuestras viviendas y resto de actividades económicas. Está controlado por tres grandes empresas ENDESA, Iberdrola y Gas Natural FENOSA y dos algo más pequeñas Eléctrica del Viesgo y EDP, asociadas en UNESA, funcionan como un oligopolio.
El sector ha experimentado cambios importantes en su estructura con la Ley del Sector Eléctrico, LSE, de 1997, hasta esa fecha el gobierno marcaba el precio que había que cobrar por el servicio y lo que las eléctricas debían ganar. Además las empresas eléctricas abarcaban todo el proceso y a partir de la LSE se separan las diferentes actividades.
- Generación: Consiste en la producción de energía eléctrica.
- Transporte: Tiene por objeto la transmisión de energía eléctrica por la red de transporte en redes de alta tensión
- Distribución: Tiene por objeto la transmisión de energía eléctrica desde las redes de transporte hasta los puntos de consumo, nuestras casas y otros.
- Comercialización: Tienen como función la venta de energía eléctrica a los consumidores y a otros sujetos según la normativa vigente.
Las antiguas empresas del oligopolio han creado empresas en cada actividad para no perder ninguna tajada de la tarta del sector. Según el gobierno de Aznar con este proceso se iba a abaratar el recibo, cuando en realidad hasta 2015 la subida de precio ha sido del 80%.
De todas estas actividades solo la generación y la comercialización están liberalizadas, aunque como podemos ver, en realidad controlan la mayor parte de la tarta “liberalizada”, las empresas del oligopolio, junto con Red Eléctrica de España se quedan con 90% del mercado de la electricidad.
Las comercializadoras de referencia son las que están obligadas a cobrar lo estipulado por el gobierno, PVPC y además las únicas que puede ofertar el bono social, estas son las siguientes:
1. Endesa Energía XXI, S.L.U.
2. Iberdrola Comercialización de Último Recurso, S.A.U.
3. Gas Natural S.U.R., SDG, S.A.
4. EDP Comercializadora de Último Recurso, S.A.
5. E.ON Comercializadora de Último Recurso, S.L.
6. CHC Comercializador de Referencia S.L.U.
Es importante no confundirlas con otras comercializadoras del mismo grupo, en el libre mercado, que pueden cobrar lo que quieran y que con una agresiva y embaucadora política comercial han logrado sacar de la tarifa regulada, PVPC, a más del 50% de los usuarios domésticos.
El gráfico que sigue recoge los beneficios ilegítimos de oligopolio eléctrico en nuestro país.
Dada la situación descrita anteriormente, urge y es posible avanzar alternativas al sector eléctrico, de hecho decenas de miles de personas en nuestro país lo estamos haciendo, una de las herramientas son las cooperativas que actúan en las fases que están liberalizadas, donde cualquier entidad puede actuar, de esta manera generamos electricidad con tecnologías renovables y actuamos como comercializadoras de electricidad.
Hay varias cooperativas comercializadoras de energías renovables operando en nuestro país como Goiener, A Nosa Energia, Zencer, … La única que genera y comercializa es SOM Energía, nacida en 2010, cuenta con cerca de 40.000 cooperativistas, 3000 en Andalucía y crece rápidamente.
La importancia de la energía, en este caso eléctrica, es tal que creo de vital importancia la participación social en todo el proceso para asegurar la democratización del sector, otros aspectos necesarios a asegurar son la generación distribuida en lugar de grandes instalaciones centralizadas, la transición hacia la soberanía energética y asegurar la sostenibilidad ambiental del sector. No en vano el uso de combustibles fósiles para la generación de electricidad genera gases de efecto invernadero, responsables del Cambio Climático y estamos asistiendo al agotamiento de los combustibles baratos y de fácil acceso que han sido la fuente de energía que ha permitido el formidable desarrollo económico de la era industrial. Son estos combustibles los que corren por las venas del actual modelo económico.
El sector eléctrico de nuestro país usa una fuente de generación a eliminar urgentemente, la energía nuclear. Los accidentes como Chernobil o Fukushima dejan a las claras los riesgos de esta tecnología que adicionalmente genera residuos intratables que amenazarán durante miles de años a las personas y los ecosistemas. Es inmoral beneficiarse de una energía hoy y dejar para las generaciones venideras el riesgo de la basura radiactiva.
La bajada de más del 80% del precio de la fotovoltaica en los últimos 10 años posibilita que nos convirtamos en generadores de la electricidad que consumimos, el llamado autoconsumo. En la actualidad es posible instalar placas fotovoltaicas de hasta 10 kWp de potencia en el techo de nuestra casa y conectarla a un enchufe de casa para consumirla, sin impuesto al sol. Esto nos permite también transitar hacia un nuevo modelo energético.
Añadiría las renovables además de generar electricidad sin penas contaminar crean más puestos de trabajo que las fósiles, generan riqueza local y reducen la factura de la importación de combustibles fósiles.
No quiero terminar sin recordar que el kWh menos contaminante y más barato es el que no se consume, por lo que el ahorro es básico para el nuevo modelo a construir.
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