Guillermo Contreras, Ecologistas en Acción Córdoba.
Publicado en febrero de 2017 en el Número 2 de la edición impresa
La falta de lluvia en los periodos invernales y el fenómeno conocido como de “inversión térmica” (las capas calientes del aire que envuelven las ciudades no se renuevan por estar retenidas por capas más frías situadas sobre ellas) provocan alarmantes niveles de contaminación ambiental en las grandes ciudades. Córdoba no es ajena a este fenómeno. Informes de calidad del aire publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente indican que, de las tres estaciones de medición existentes en la ciudad (Asomadilla, Al Nasir y Lepanto), la estación de Al Nasir (Vial Norte), supera sistemáticamente los límites establecidos por normativa para el contaminante tan peligroso: el dióxido de nitrógeno, NO2. Córdoba está entre las seis ciudades españolas que superan el promedio anual de NO2 que establece la normativa europeo/estatal.
El NO2 proviene en su mayor parte de las emisiones de los automóviles, sobre todo los diesel. Por ello la estación de medición de Al Nasir, situada en una de la vías de tráfico más saturadas de la ciudad registra superaciones continuas de este contaminante. Otras fuentes de contaminación por NO2 son cementeras e incineradoras.
Según informes publicados por la Agencia Europea del Medio Ambiente, la contaminación ambiental por NO2 provocó 5.900 muertes prematuras en el Estado español en el año 2012. Los ingresos hospitalarios urgentes (aparato respiratorio) por enfermedades respiratorias aumentan hasta en un 40% cuando el NO2 supera el valor permitido (40 microgramos).
La única solución viable es limitar el tráfico rodado. Más allá de medidas puntuales (limitar la circulación de vehículos, ejemplo Madrid y Barcelona) se requieren medidas estructurales encaminadas a la reducción radical de la circulación de vehículos privados en el interior de las ciudades.
Gerardo Pedrós, Barrio de Valdeolleros
Ciclista urbano afectado por la contaminación
Uso habitualmente la bicicleta como medio de transporte urbano en la ciudad. Especialmente en verano siento un molesto picor en la garganta que creo que es causado por los abundantes episodios de contaminación por ozono troposférico al que realimentan el calor y las emisiones del tráfico. Sufro además también los gases de los autobuses cuando me toca esperar un semáforo detrás de uno. También me molesta en verano circular entre vehículos que emiten muchísimo calor debido a los aparatos de aire acondicionado. El efecto del calor que emana del asfalto se une al de estos aparatos. Los coches discoteca y su enorme ruido sin ningún control me parece que también son contaminación atmosférica.
María Luz Fuente Rodriguez, Barrio Ciudad Jardin
Ciclista urbano afectado por la contaminación
Voy todos los días a trabajar en bicicleta. Por la Avenida del Brillante hay un montón de coches y en los semáforos trago un montón de humo. Noto mucho cuando es verano y hay menos tráfico, entonces es una bendición subir por allí, pero durante el resto del año es intenso. A veces tengo que taparme la boca si me toca detrás de una moto, y me tengo que poner delante porque es directamente insoportable para mi. Acumuladamente supongo que hará impacto sobre mi salud. Tendré que esperar a ver que pasa dentro de unos años para saber las consecuencias a largo plazo.
Creo que la gente abusa de coger el coche para trayectos muy cortos. En la ciudad de Córdoba hay muchísimo tramo que la gente podría hacer caminando en vez de coger el coche para dos o tres kilómetros. Claro, así colapsa, y es mucho más incómodo vivir para todos.
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