Es obvio, pero quizá es conveniente recordarlo, que no siempre hubo democracia y no siempre se mantuvo, una vez conseguido, un sistema democrático. Nos lo recordó el Profesor J. J. Linz (1926-2013), en su célebre ensayo “La quiebra de las democracias” (1987), trabajo académico extraordinario en el que se expresa que, en el pasado reciente, sistemas democráticos colapsaron por enemigos interiores a los que no le interesaba que el pueblo decidiera en elecciones a los representantes en sus asambleas legislativas democráticas. Y, muy conectado, en otro ensayo importante, “Cómo mueren las democracias” (2018), los politólogos americanos S. Levitsky y D. Ziblatt, siguiendo en parte la metodología del profesor Linz, relatan con todo detalle colapsos democráticos en su país, Estados Unidos, y en el resto del continente americano.
Y, para completar recomendaciones de lectura en materia democrática, otra obra clave que acabo de terminar, la amplia y extraordinaria “Historia de la democracia en Europa” (2022), del profesor Salvo Mastellone, en la que se da cuenta de la evolución de la organización democrática del poder en nuestro continente, con el tema de la llegada del sufragio universal (la eliminación del sufragio censitario y la consecución del voto de la mujer), como factor clave para considerar que el Estado democrático era una realidad, que como sabemos no se produjo hasta el siglo XX.
Es importante, pues, aprovechando esta fecha del 2 de febrero, Día Mundial de las Elecciones, hacer pedagogía democrática, recordando efemérides como la que es objeto de esta reflexión, para poner en valor la importancia de tener consciencia del poder de nuestro voto, de manifestar nuestra preferencia electoral en sistemas en los que se garantice el voto universal, libre y secreto, fomentando la cultura democrática, en particular entre las personas jóvenes.
Pero, es clave también implicar a la sociedad en la participación política en general y en la electoral en particular, para una defensa del propio Estado democrático, en un tiempo, este del inicio de la tercera década del siglo XXI, en la que los rasgos del totalitarismo asoman de nuevo en nuestras sociedades.
Con esa intención redacté, y la editorial Dykinson tuvo la amabilidad de publicar, un ensayo en el que abordo las entrañas de la democracia, el papel de los partidos políticos, la democracia representativa, la participación democrática directa, y un asunto poco tratado, pero que para mí es clave, la promesa electoral, en el sentido de que es esencial que las personas que resulten electas para cargos políticos representativos cumplan con sus promesas electorales, para combatir la desafección de la política. Para aquellas personas a las que le pueda interesar su lectura o estudio, este trabajo lleva por título “Los partidos políticos en la Constitución: las entrañas de la democracia” (2021).
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