«No desaparecí, me desaparecieron»: ayer, 2 de marzo, se cumplieron 10 años de la desaparición de Angelines Zurera. Aguilar de la Frontera, un pueblo que no la olvida y clama justicia, vivió una multitudinaria manifestación que partió de la Plaza de San José, a las puertas del juzgado. Cerca de un millar de personas arroparon a familiares y amigos, quienes tras diez años de búsqueda, no pierden la esperanza. Acudieron el periodista Paco Lobatón, presidente de QSD Global, y autoridades como la alcaldesa María José Ayuso o el delegado de Agricultura Francisco Zurera.
Antonio Zurera, hermano de la desaparecida, observa «diferentes indicios que aparecen en el sumario y que indican que puede estar en un terreno del término municipal de Aguilar», por lo que probablemente solicitarán una nueva búsqueda. Tras un auto de archivo provisional, la Audiencia Provincial ha dado la razón al recurso interpuesto por la familia y ha presentado un informe de un gabinete de criminología de Madrid, con el fin de que «se siga investigando». En el informe se recogen unas 30 nuevas diligencias que «se podían haber hecho y no se han hecho». Una de ellas es el examen forense de dos teléfonos de la desaparecida, que se entregaron con la denuncia y «lo único que se hizo fue un listado de llamadas entrantes y salientes», pero dichos terminales pueden contener «vídeos, grabaciones u otros archivos», de forma que se pueden examinar y «hay medios para ello», señala el hermano de Angelines.
En la última búsqueda, realizada en febrero de 2016 en Aguilar de la Frontera, se recogieron unas 45 pruebas tras peinar 13.000 metros cuadrados, entre ellas camisetas, dientes y zapatillas, que no resultaron positivas para el caso, de manera que descartaron esa zona, en una propiedad privada. Cabe recordar que en dicha búsqueda participaron, además de «multitud de ciudadanos», efectivos de Cruz Roja y Protección Civil, miembros de la Asociación de Policía Internacional, de policía especializada en casos de desaparición y de la Fundación Europea de Personas Desaparecidas (QSD Global).
¿Otro caso más de violencia machista?
El principal sospechoso desde la desaparición es el exmarido de Ángeles Zurera, que estaba en proceso de divorcio en aquel entonces. Se ha peinado la zona durante años, e incluso se inspeccionó un vertedero donde el exmarido llevaba escombros en un camión desde diferentes obras del municipio. La Policía Judicial levantó, sin resultado alguno, una nave del exmarido, cuyo solar había sido rellenado los días posteriores a su desaparición. Para Antonio Zurera, esta noticia suponía «uno más de los tantos indicios», a lo que añadió que el exmarido «fue condenado en su día a seis meses de cárcel» tras desparecer su hermana «por maltrato físico hacia ella, una agresión producida 12 días antes de que desapareciera», aunque «no cumplió la condena porque no tenía antecedentes».
La Audiencia Provincial de Córdoba reabrió el caso a finales de noviembre de 2011, tras contar con un testigo protegido, todo ello después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Aguilar de la Frontera dictó en junio de 2011 el sobreseimiento provisional de la causa contra el exmarido, al considerar que se había investigado todo lo que se había podido y no se pudo determinar nada. La misma Audiencia Provincial desestimó en abril de 2014 un recurso planteado por la familia de Ángeles, en el que solicitaba que el exmarido fuera sometido al ‘test de la verdad’, con el objetivo de poder esclarecer el paradero de la mujer.
Para finalizar el acto, la prima de Angelines, Manoli Pérez, leyó un emotivo escrito a los asistentes.
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