En la reunión de la Comisión de Trabajo de Aguas del Espacio Natural Doñana que tuvo lugar el pasado día 24, y en base a la falta de agua en las marismas de Doñana evidenciada en los informes que se han realizado, Ecologistas en Acción insistió en la propuesta de llevar a cabo la renaturalización, rescate y recuperación hídrica de Doñana aprovechando los recursos financieros de los fondos europeos disponibles.
Para que haya agua en Doñana es necesario permitir que funcione el ciclo del agua y que cuando llueva se recargue el acuífero, por lo que urge establecer límites a las enormes balsas que se están construyendo, a los caños de desecación y al consumo agrícola sin exigencia de control y recuperación del agua utilizada pues, aunque el agua se consuma cumpliendo la legalidad, es ésta la que no está adaptada a la situación de emergencia por el cambio climático, según denuncia el colectivo ecologista.
Según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, son más de 105 hectómetros cúbicos de agua que salen del acuífero para el mantenimiento del regadío en Doñana. Esa cantidad supone una bajada de los niveles freáticos preocupante, con una tendencia a la baja que ya se ha extendido hasta los sistemas litorales. De las cinco masas en las que se ha dividido el acuífero, tres siguen en mal estado cuantitativo.
Ecologistas en Acción temen que en el futuro, en tanto se mantenga la demanda actual de consumo de agua o incluso se pretenda incrementar, se puede poner muy difícil y restrictivo el uso del agua, por lo que recomiendan tomar medidas con la suficiente antelación, para que en pocos años se llegue a un punto de no retorno de la disminución o desaparición de la agricultura por inexistencia de agua, ni en el acuífero, ni en las balsas, ni en los aportes naturales.
La propuesta de Ecologistas en Acción de renaturalización, rescate y recuperación hídrica de Doñana aprovechando los recursos financieros que suponen los fondos europeos disponibles incide especialmente en tres actuaciones urgentes y prioritarias: recuperación del Caño Guadiamar, amputado en las marismas hace 70 años; recuperación del Brazo de la Torre, con las actuaciones programadas en Doñana 2005, declaradas de interés general y no ejecutadas, y que de haber sido ejecutadas, Doñana no estaría en la situación límite de colapsar en que se encuentra; y, por último, la recuperación de las cuencas, vertientes, en cantidad y calidad y del estuario del Río Guadalquivir.
En la reunión mencionada del pasado 24 de junio se acordó realizar unas jornadas técnicas tras el verano, para abordar esta situación y buscar propuestas científicas consensuadas, para incorporarlas a ser posible, en el tercer ciclo de la Planificación Hidrológica del Guadalquivir, para lo que hoy se ha abierto un plazo de información pública de seis meses.
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