El 6 de diciembre se conmemora la celebración del referéndum de 1978, en el que el pueblo español aprobó la actual Constitución. En parte, por ese motivo, a finales de noviembre tuvieron lugar en Córdoba las jornadas de Volver a mirarnos. Además de diversas personalidades políticas de Unidos Podemos, contaron con la participación de autoridades en la materia, como el catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad de Sevilla, Javier Pérez Royo.
Redacción
Publicado en Diciembre 2017, Número 9 de la edición impresa
Partiendo de la premisa de que España es el unico país europeo que “no hace uso normalizado de la reforma constitucional” porque “no hemos hecho un ajuste de cuentas con la Monarquía” y que “el principio monárquico siempre se ha ido imponiendo al principio de legimitad democrática” se deduce que “España no es un estado constitucional”.
En los 5 años que transcurren durante la etapa de la II República ya hay un primer intento de reforma de la Constitución del 1931, truncada por el golpe de Estado de 1936.
Para Royo, la finalidad de la Constitución de 1978 es garantizar la “restauración monárquica” -no una “transición”- y que esta “no se va a poner en cuestión”.
Con la muerte del general Franco se incia el proceso que desembocará en la Constitución, con “el mínimo de democracia para que esa restauración monárquica se mantenga”.
Los dos elementos constituyentes más importantes son “la monarquía y la composición de las Cortes Generales, el órgano a través del cual se manifiesta el principio de legitimidad democrática”, y ninguno de ellos emana del pueblo, se “imponen en la Constitución”. Para el catedrático, este es el origen de muchos de los males que hoy padecemos: corrupción, estructura del Estado, presencia de la Iglesia Católica, derecho a la enseñanza, etc.
Por esta razón, España no es en realidad una monarquía Parlamentaria, y se aprecia que el artículo 1.3 La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria se coloca en la práctica por delante del 1.2 La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. Como ejemplo, Pérez Royo recuerda la forma en que se hizo la abdicación del rey, que fue “un fraude de Constitución como una casa”. Por la mañana, Juan Carlos abdicó del poder militar al margen de las Cortes “como un asunto de familia”. Por la tarde, el hijo se presenta en las Cortes con el uniforme militar…
Recuerda que -para colmo- “el rey nunca juró la Constitución, no hubo un acto” para ello. Hay una “desnaturalización de lo que debería ser la monarquía Parlamentaria”.
“Estamos todos los días hablando de la reforma de la Constitución y no se va a hacer ninguna”
La legitimidad reside en el pueblo español pero se canaliza en las Cortes Generales, Congreso y Senado, no funciona a través del “principio de igualdad”, sino que “está enjaulado, encorsetado”. “Tenemos un ordenamiento jurídico que tiene fecha de caducidad porque no es capaz de renovarse de una manera jurídicamente ordenada, esa es la patología grave que tiene”
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