Losada no solo obtuvo numerosos reconocimientos oficiales (Premio Andalucía de Investigación, Director del Centro Andaluz de Medio Ambiente (CEAMA), Doctor Honoris Causa por la Universidad de Córdoba, Premio Internacional de Ingeniería de Costas, miembro de la Real Academia de Ingeniería…), sino también un claro seguimiento, aplauso y agradecimiento de los grupos conservacionista y ecologistas, así como de gran parte de la sociedad. Fue una autoridad de la Ingeniería de Costas en España y Andalucía, y sus trabajos en relación a la dinámica costera y fluvial no han perdido vigencia.
Por ello, Ecologistas en Acción manifiesta estar «profundamente agradecidos al profesor Losada porque en su gran labor científica no ha faltado el compromiso socioambiental, aportando gran parte de los conocimientos que tenemos y aplicamos en relación al funcionamiento litoral«.
Una muestra de ello fue el informe pericial que aportó sobre la importancia de la duna móvil de Valdevaqueros y que contribuyó a que el TSJA anulara el plan urbanístico previsto.
En Ecologistas en Acción recuerdan especialmente su valiosísima aportación al estudio del Estuario de Guadalquivir (Propuesta Metodológica para diagnosticar y pronosticar las consecuencias de las actuaciones humanas en el Estuario del Guadalquivir). Este estudio lo realizó desde el CEAMA junto a Javier Sánchez del CSIC, por encargo del Puerto de Sevilla para conocer las consecuencias que tendría sobre el estuario la propuesta del Puerto de Sevilla de realizar un dragado de profundización del canal de navegación del río, con objeto de llevar a Sevilla barcos de gran tonelaje que precisaban un mayor calado. Para este trabajo, iniciado en 2007, el profesor Losada observó y analizó in situ de todos los parámetros fisicoquímicos y morfológicos del río durante un tiempo lo suficientemente largo como para llegar a resultados concluyentes, y que mostraron la inconveniencia e improcedencia del dragado. Así lo aceptó en 2010 la Comisión Científica del Ministerio de Medio Ambiente, y posteriormente la Comisión Europea en 2015, y que obligó a reformular el proyecto de dragado.
En aquellos momentos la situación del Guadalquivir era penosa, con niveles de turbidez imposibles para el mantenimiento de la vida y el estado ecológico de un estuario, con la Reserva Pesquera del Guadalquivir, dependiente de los aportes del final del río, muy afectada, con una salinidad fluvial muy alta, con un tapón salino difícil de desplazar, y con las playas en profunda regresión y no sólo debido al cambio climático. Con un río agonizante, después de tantas cortas, dragados, presas y reducción de aportes naturales, la autoridad científica de Losada oponiéndose a nuevas intervenciones fue clara y sin fisuras.
Ecologistas en Acción rememora «la charla que dio en Sanlúcar de Barrameda para explicar su oposición al dragado a las que asistimos ecologistas y ciudadanos de a pie que quisieron conocer la situación del rio de su pueblo«.
«Nos queda por desarrollar gran parte de los que nos recomendó Losada para que el tramo final del río siga siendo fuente de una economía con futuro: restaurar y recuperar los llanos mareales, reconectar los brazos cercenados del río para lograr su simetría, incrementar los aportes de aguas dulces y de sedimentos a la costa, repensar la función de la presa de Alcalá… actuaciones para recuperar un rio que vuelva a ser transparente y que llegue a nuestras costas propiciando riqueza y vida«, afirman.
Para el colectivo medioambientalista, «un buen homenaje público a la figura del científico Miguel Ángel Losada sería que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, junto con la Junta de Andalucía, ejecutasen todas las actuaciones pendientes para que la valentía y coherencia de Losada sea fértil y fructífera«.
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