Superada la cuesta de enero después de unas navidades marcadas por el alto consumo y su impacto al medioambiente, llega la siguiente fecha marcada por el consumismo: San Valentín. Ecologistas en Acción considera que poco o nada tiene que ver este día con el santoral ni con lo que hoy entendemos por amor. “Lo que importa es encontrar una fecha en la que, con la paga de febrero todavía fresca, volvamos a la fiebre del consumismo”, afirma Ángel Encinas, coordinador del área de Consumo de la organización ecologista.
Según ecologistas el hiperconsumo de nuestras sociedades «es un paso más en el camino hacia el desastre climático y medioambiental». Nuestro sistema económico» tiene como objetivo un proceso imposible»: crecer de manera constante e indefinida en un planeta finito en el que todos los límites están ya sobrepasados.
Por ello, Ecologistas en Acción denuncia la celebración de esta “falsa festividad que solo promueve consumismo con una emocionalidad impostada con la que la envuelve la publicidad”. Sin embargo, la organización reconoce que este día también se utiliza para que muchas personas hagan más patentes sus sentimientos, y en palabras de Encinas, “esto es importante, nunca serán demasiados los días para hacerle ver a otra persona nuestro amor o nuestro afecto”.
Los regalos cumplen una función social muy importante en las relaciones afectuosas, pero Ecologistas en Acción señala que «el consumismo ha impuesto lo material como único indicador del amor». Y añaden que para una sociedad en la que la rapidez se percibe como uno de los máximos valores, «la compra de objetos o servicios es la alternativa perfecta para expresar los sentimientos».
Asimismo, Ecologistas en Acción destaca los impactos medioambientales de esta mercantilización de los afectos, como enormes gastos de energía y recursos, y montañas de residuos en forma de envoltorios y desechos.
Por todo ello, la organización ecologista defiende que la mejor manera de celebrar este día con mentalidad crítica y amorosa es «no comprar nada». En su lugar, para demostrar nuestros afectos, propone hacer algo especial, alternativas imaginativas a las rutinas, desencuentros y a la falta de tiempo para lo importante.
Ecologistas en Acción propone algunas ideas como la forma en que se celebra el día en muchos centros educativos puede inspirar a personas adultas y pequeñas. Un ejemplo muy extendido para dar protagonismo a los afectos en este día, y a la vez cuestionar el consumismo imperante, es realizar en algunas materias (plástica, lengua, filosofía, extraescolares, biblioteca, etc) regalos en forma de postales, flores de papel, poemas, reflexiones, etc, dirigidos a compañeras y compañeros, así como a profesorado.
De la misma forma sugieren actividades como paseos por la naturaleza, por barrios o pueblos próximos que no conozcamos, siempre dentro de las restricciones que impone la pandemia. Otra posibilidad que añaden es la de crear regalos, donde el regalo sea sobre todo el tiempo dedicado: una piedra pintada, un marco para una foto especial…
Igualmente que preparar la comida o el postre favorito de aquella persona a la que le queremos expresar nuestro amor.
La organización ecologista también suma la opinión de la bióloga Lynn Margulis que decía que «la vida es la unión simbiótica y cooperativa que permite triunfar a quienes se asocian».
Para Ecologistas en Acción la felicidad edulcorada de los anuncios es inalcanzable, pero podemos ser felices dando sentido a nuestra vida fuera del centro comercial. Vivir en una sociedad más respetuosa con el entorno, constructiva, colaborativa y justa es de una #EcológicaAplastante. «Consume responsable y regala activismo, regala compromiso asociando a un entorno más cercano a Ecologistas en Acción».
“Todo es cuestión de echarle imaginación, mucho amor y afecto evitando los aditivos tóxicos”, concluye Ángel Encinas.
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