En Córdoba, al igual que en todas las capitales de provincia andaluzas, la ciudadanía estaba convocada el domingo, 17 de noviembre, para manifestar que no pueden seguir muriendo personas por la mala gestión e ineptitud de los gestores políticos andaluces.
Pese a que las cifras de lista de espera son escandalosas, pese a que el incumplimiento del decreto de garantías se ha convertido en una norma, pese al colapso de los servicios de urgencias; pese a que la asistencia primaria no es tal si no se produce en las primera 48 horas; pese a que la accesibilidad de las zonas rurales, no solo ya no es una prioridad, sino que se está reduciendo para justificar datos de supuesta eficiencia económica. Pese a todo esto, la cifra de manifestantes -alrededor de 3.000- sigue pareciendo insuficiente dada la magnitud del problema.
El descrédito de la clase política y sindical y el estado de resignación y normalización de pérdida de derechos que parece que sufrimos como sociedad, puede estar detrás de este fenómeno.
La abundancia de banderas y logos de partidos y sindicatos y la frenética actividad que vienen desarrollando algunas apuestas de la esfera política y sus espacios de influencia para fomentar la constitución de plataformas en defensa de la sanidad, sigue un patrón ya utilizado en ocasiones anteriores en nuestra provincia que deberían revisar. Y es que no es lo mismo apoyar la lucha de plataformas ciudadanas espontáneamente constituidas que intentar un control de su funcionamiento para aparecer como adalides de los servicios públicos. La generosa labor de gente que dedica su tiempo careciendo de financiación, sin estructura ni medios, para luchar por derechos que nos pertenecen a todas las personas no merece este tipo de comportamientos.
En estos tiempos en los que parece que el altruismo, la generosidad y la solidaridad también se han convertido en monedas de cambio, gracias en gran parte a las prácticas de los populismos de extrema derecha, la discreción debería ser un valor en alza.
Enhorabuena a la ciudadanía por no callar.
Enhorabuena a la ciudadanía que siente, que padece, que reivindica.
0 comentarios