El colectivo de jóvenes ecologistas convocó el pasado viernes 19 de abril una concentración frente al Ayuntamiento a la que acudieron más de cincuenta personas.
En ella, señalaron el problema que tiene Córdoba con la contaminación, siendo la segunda ciudad con peor calidad del aire de toda España, según el último informe de Ecologistas en Acción que analizó la polución de 375 ciudades europeas.
La juventud exige tener “una ciudad habitable”, y apela a la ciudadanía con el lema “sé la solución, no la polución«. Córdoba se unió así a la convocatoria internacional de Fridays For Future (el colectivo fundado por Greta Thumberg en 2018) que llamaba a las personas jóvenes de todo el mundo a movilizarse para frenar la emergencia climática. “Luchamos por nuestro futuro y por el de las que vendrán, por supuesto que nos tenemos que movilizar”, asegura Miguel, miembro de Juventud por el Clima.
Durante la concentración, los y las organizadoras pusieron a prueba a las asistentes mediante preguntas sobre los datos de contaminación de Córdoba. Una de las preguntas fue “¿Se han excedido los límites legales de contaminación del aire alguna vez en Córdoba?”, a lo que podían levantar un papel rojo si creían que no y un papel verde si consideraban la respuesta como afirmativa; en este caso, la respuesta correcta era levantar el papel verde, dado que “Tan solo el verano pasado se rebasaron los 18 días de superación del umbral de ozono troposférico al año propuesto como nuevo objetivo legal por la Comisión Europea”.
Para mejorar estos aterradores datos, Juventud por el Clima llama al Ayuntamiento a hacer “políticas por la vida y por nuestro futuro, más carriles bici y buses y menos millones de euros de inversión en incentivar el coche”. Las jóvenes recuerdan que el actual alcalde, José María Bellido, se comprometió mediante firma y palabra a actualizar y aplicar el Plan de Movilidad Sostenible. “Tenemos que cambiar el modelo de ciudad y de movernos para adaptarnos a la crisis climática; es para que las cordobesas vivamos mejor”, declaran las jóvenes.
La concentración concluyó con una lectura clara y directa de cómo ha de ser el futuro de Córdoba: “No pedimos la luna, pedimos no vivir en una ciudad que nos enferme, queremos vivir en una ciudad que no huela a tubo de escape. Queremos vivir en Córdoba, pero no en esta Córdoba para los coches, sino una Córdoba verde, hecha para las personas, donde poder crecer saludablemente, no junto a carreteras que no son más que pilas de calor y enfermedad”.
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