Las características del terreno, escarpado y con mucha vegetación, ha dificultado durante mucho tiempo la exploración y el estudio de la cantera de Rodadero de los Lobos, situada en el entorno de las ermitas en la sierra de Córdoba, muy usada en época romana y cuyas piedras calizas, de color violáceo y con vetas más intensas, se emplearon como decoración en varias zonas de la actual Andalucía. Ahora, gracias a datos ofrecidos por sensores LiDAR (acrónimo de Light Detection and Ranging), un equipo de investigación formado por las universidades de Córdoba, Sevilla, Málaga, así como el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y el Instituto Geográfico Nacional ha podido confirmar que se trata de una de las mayores canteras de piedra de la sierra cordobesa.
Los sensores LiDAR adquiridos por la Unidad Patricia de la UCO han proporcionado información tridimensional del terreno inédita hasta ahora gracias a un láser que se dispara al suelo desde un vehículo aéreo no tripulado y que permite localizar alteraciones del suelo que no se van a simple vista. El análisis de los datos obtenidos por esos sensores, junto a estudios arqueológicos in situ, ha permitido conocer en mayor profundidad y desde dos puntos de vista una de las canteras que se usó en época romana para extraer piedras decorativas.
Por un lado, el equipo ha identificado a partir de anomalías en el terreno cinco frentes de extracción diferentes, todos orientados al sur, frente a la ciudad de Córdoba, y disminuyendo su tamaño a media que progresan en altura. Estos frentes tienen unas extensiones que van de los 150 metros a los 80 metros de largo, lo que supone unas medidas similares a otras canteras de época romana que no destacaban por sus grandes dimensiones.
Por otro lado, han realizado una aproximación al volumen de material extraído a través de una reconstrucción digital en 3D. Según la investigación, publicada en la revista Virtual Archaeology Review, el volumen total extraído de los cinco frentes superaría los 93.000 metros cúbicos de piedra, una gran cantidad de material que solo se explica por la perduración de la explotación a lo largo de los siglos.
El estudio de la antigua cantera, que actualmente se encuentra en el cortijo Piquín, se ha realizado en el marco del proyecto Ager Mellariensis II: Explotación y configuración del territorio en el sector central de la aurífera tierra de Corduba (PID2020-114331GB-I00), de la Universidad de Córdoba, y viene a completar un hueco en la investigación debido a la falta de estudios sobre las antiguas canteras cordobesas, lo que contrasta con provincias como Sevilla, Málaga o Huelva, donde se han realizado estudios extensos debido a una mejor accesibilidad.
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