Tras la actividad realizada por Ecologistas en Acción se desprende que en el caso particular de Córdoba las diferencias de temperatura más llamativas son las que se han encontrado en la medición de las 8 de la mañana entre la zona denominada Infierno (pavimento artificial sin sombra) y la denominada Paraíso (pavimento natural bien sombreado) en Fidiana, San Agustín, Ciudad Jardín y el Vial, pues son iguales o superiores a 2,5 ºC, demostrando cómo las zonas con pavimento artificial funcionan como Islas de Calor, pues durante la noche no llegan a disipar el calor acumulado durante el día.
Un resultado similar se ha obtenido en la medición de las 5 de la tarde también entre zonas Infierno y Paraíso, que también han ofrecido diferencias iguales o superiores a 2,5 ºC en Santuario, Fidiana, el Vial y Puerta de Almodóvar, dando en este último lugar una diferencia de 4,5 ºC.
Se denomina Paraíso a un espacio que cuenta con suelo natural, es decir, pavimento permeable, de hierba o tierra, y la sombra de un árbol con buen porte o de una arboleda. Se denomina Intermedio a un espacio con pavimento duro, de asfalto, granito o losa artificial bien sombreado e Infierno a un espacio de pavimento impermeable de asfalto, granito o losa artificial y sin sombra alguna durante todo el día.
Se considera que el confort térmico es un concepto que depende de cuatro variables: la temperatura del aire, la temperatura radiante procedente del suelo, la humedad relativa y la velocidad del viento. Entre todas estas variables, la que podemos controlar con más inmediatez es la temperatura radiante, que es mucho más alta en suelos artificiales que en suelos naturales y que se puede manejar simplemente revirtiendo la impermeabilización del suelo que caracteriza de forma totalmente innecesaria a los núcleos urbanos.
La segunda variable, la más efectiva, es la temperatura del aire, que se puede controlar aplicando medidas de renaturalización urbana, pero no se resuelve de forma inmediata como en el caso anterior, pues los árboles, arbustos y herbáceas que deben imperar en nuestros pueblos y ciudades presentan largos procesos de crecimiento de la vegetación, que en ocasiones pueden tardar 20 o 30 años en hacerse efectivos.
Resulta en consecuencia especialmente relevante no solo la importancia de la sombra natural, sino también el tipo de pavimento existente. Las mediciones efectuadas animan a las personas y a las organizaciones participantes a seguir reclamando con fuerza tanto la reforestación urbana como la sustitución de pavimentos artificiales, sobre todo de granito, por suelo natural. Es necesario recordar que el granito es el material que más calor retiene, pues tarda más en desprenderlo incluso que el asfalto.
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