Luis Naranjo Cordobés, Presidente del Foro por la Memoria de Córdoba
Publicado en abril en el Número 4 de la edición impresa
Tras la reiterada petición del movimiento memorialista cordobés, el Ayuntamiento ha constituido una Comisión para la Memoria Democrática. En su primera reunión se establecieron las dos cuestiones prioritarias para avanzar en la reparación de las víctimas del franquismo: la firma de un convenio entre administraciones para iniciar la exhumación e identificación de los miles de asesinados-desaparecidos que yacen en las fosas comunes de los cementerios y la eliminación de los vestigios franquistas que aun exaltan la dictadura y humillan a las víctimas en nuestros espacios públicos.
La persistencia de símbolos y nombres franquistas en calles y plazas es una anomalía democrática sin parangón en nuestro entorno geopolítico, que se explica por el pacto de silencio que selló la Transición, por el desprecio a los valores democráticos de la Iglesia Católica que mantiene cruces y lápidas franquistas en iglesias y catedrales y por el desconocimiento y el olvido ciudadano de lo que supuso el franquismo y de los nombres de sus verdugos. La ignorancia social de la represión de la dictadura es uno de los obstáculos políticos que habrá que vencer para implicar a la ciudadanía cordobesa en la eliminación de la simbología franquista. Para ello debemos contar con el movimiento vecinal, con actos informativos que cuenten la verdad y los episodios represivos que se esconden tras algunos nombres que aún representan espacios emblemáticos de la ciudad, como Cañero o Cruz Conde.
El Proyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía constituye el marco legal necesario para apoyar las propuestas de eliminación de símbolos franquistas que debe realizar la Comisión Municipal de Memoria. En su artículo 32 plantea “La exhibición pública de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones como el callejero, inscripciones y otros elementos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública realizados en conmemoración, exaltación o enaltecimiento individual o colectivo del golpe militar de 1936 y del franquismo, de sus dirigentes o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial se considera contraria a la Memoria Democrática de Andalucía y a la dignidad de las víctimas”. Más adelante se afirma que “no se considerará que concurren artísticas o arquitectónicas para los elementos de exaltación de la Dictadura”. Esta cuestión supone un avance clave en relación con la Ley de Memoria Histórica de Zapatero, ya que deja sin coartada la negativa de la Iglesia para eliminar los vestigios de la dictadura que con tanto celo apoyó.
Tenemos ante nosotros y nosotras un reto difícil pero necesario, y debemos contar con la intoxicación que el neofranquismo mediático y sociológico va a poner en marcha en nuestra ciudad para hacer que fracase. Sólo manteniendo la unidad de acción entre el movimiento ciudadano y las fuerzas políticas democráticas que de verdad se comprometan con las víctimas de la dictadura podremos conseguir que antes de que acabe esta legislatura municipal no quede ni un solo vestigio de este negro periodo en nuestra ciudad.
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