Secretaria Federal de Género e Igualdad USTEA: Espacio Feministas.
El pasado 8 de marzo cientos de miles de mujeres escribieron una página nueva en la historia de este país, en todos sus territorios, en todos sus pueblos. Acompasaron sus pasos al girar del mundo durante 24 horas, para denunciar las condiciones de vida de todas las mujeres del planeta. La respuesta andaluza y española a la convocatoria del movimiento feminista internacional para que todas abandonasen sus puestos de trabajo, las tareas del hogar, los cuidados, los estudios y dejasen de consumir para visibilizar y poner en valor su aportación al mundo fue, sin duda, antológica. Mujeres de todas las edades, desde las más jóvenes a las más ancianas, tomaron conciencia y salieron a la calle uniendo sus voces contra el miedo y la rabia, como un canto de esperanza que recorrió el país desde el Cantábrico al Estrecho, desde el Mediterráneo al Atlántico, culminando en una jornada de huelga espectacular e histórica. La mecha ardió, sobraban motivos.
Motivos como la violencia machista, que sólo en los últimos quince años se ha llevado por delante la vida de más de mil mujeres. Motivos como la violencia económica, que continúa asfixiando a la población femenina -nacional e inmigrante-, con las formas específicas de desigualdad que el capitalismo produce para ellas: feminización de la pobreza, altas cifras de paro, contratos precarios o a tiempo parcial, una vergonzosa brecha salarial y en las pensiones que no cesa. Motivos como la violencia institucional, ejemplarizada en las sentencias de la justicia patriarcal, de las que las de la Manada, la de las inmigrantes temporeras de la fresa o la de Juana Rivas serían un ejemplo de cómo se nos agrede a las mujeres desde las propias instituciones. Motivos como el desigual reparto de los cuidados y las tareas domésticas -26’5 horas semanales realizadas por las mujeres frente a las 14 realizadas por los hombres-. Motivos como la vindicación de nuestros cuerpos y nuestros derechos sexuales y reproductivos, con independencia de nuestra identidad sexual. Motivos como el apoyo a nuestras hermanas migrantes, parias entre las parias, sobre las que toda la crueldad del sistema se multiplica hasta el infinito.
Viejos motivos procedentes de la violencia estructural del sistema capitalista patriarcal a los que se unen los nuevos y gravísimos motivos, generados por la alianza de los partidos neoliberales y de la ultraderecha y sus intentos por arrebatarnos nuestros, aún, tímidos e insuficientes, avances en igualdad. Una alianza que fomenta, además, la homofobia y que pretende eliminar las conquistas en diversidad sexual y de género; que defiende el centralismo estatal frente a la identidad andaluza; que provoca el discurso del odio –y con él, el racismo- contra las personas migrantes; que pone en serio peligro los servicios públicos, en especial la Educación Pública, frente a la concertada y privada, que pone todo su esfuerzo en derribar los avances en favor de la inclusión, y que pretende incluso la segregación por sexo. Una alianza que es un grave ataque a toda la clase trabajadora y, en especial, a las mujeres, las personas migrantes y las no heterosexuales.
Por todo ello, porque nos siguen sobrando motivos, porque este año en nuestra comunidad autónomaaún son más graves tras la alianza del gobierno neoliberal- fascista, USTEA se suma a la convocatoria de huelga del movimiento feminista para el próximo 8 de Marzo y dará cobertura en Andalucía a una huelga de 24 horas para quienes quieran secundarla. Nos desmarcamos de la cobarde actitud de las dos grandes organizaciones sindicales estatales que han convocado paros parciales de dos horas, generando un año más confusión y queriendo obtener el protagonismo por encima del propio movimiento feminista.
La organización sindical USTEA y su Espacio Feminista trabajarán un año más, codo a codo, con los colectivos de este movimiento y facilitarán la cobertura de la huelga de 24 horas conscientes de que nuestra labor está en el acompañamiento, sin protagonismos, de este proceso histórico que comienza a ser el mayor gesto de rebeldía revolucionaria de los últimos tiempos.
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