César Pérez Navarro
Es indudable que «Las Mañanas de Cuatro» era una rareza en la parrilla de un grupo mediático tan repugnante como Mediaset. El programa de tertulia política presentado en la actualidad por Javier Ruiz se estrenó en octubre de 2006, y ha sufrido varias modificaciones en los últimos años, la más sonada, el despido de Jesús Cintora en un momento en el que se batían records de audiencia. Hasta 2010 lo condujo Concha García Campoy, momento en que pasaría a manos de Marta Fernández, que lo llevó hasta 2013. Ninguna de estas presentadoras dio al formato cierto aire subversivo y abiertamente crítico con las estructuras de poder enquistadas en nuestro país como ocurrió con Cintora o Ruiz. La aséptica manera de informar sobre el cierre de este programa desde periódicos como El País [1] o El Mundo [2], que hablan del inicio del Mundial de Fútbol y su probable sustitución por un reality marca Berlusconi, «Mujeres y hombres y viceversa», resulta casi insultante. La única tertulia política crítica y más o menos plural de la televisión muta en un reality concebido para embrutecer a buena parte de la juventud española con una combinación de los valores más retrógrados y machistas y una insufrible banalidad Marca España, pero a El País, El Mundo y otros tantos medios neoliberales pasan de puntillas sobre el asunto, mencionando solo los «altos niveles de audiencia» pero sin preguntarse por una decisión sin sentido empresarial.
La pregunta que cualquiera debería hacerse ante el cierre definitivo de un programa que el pasado jueves consiguió su segundo máximo anual de audiencia es por qué se finiquita. ¿Tendríamos que esperar que los buques insignia de ciertos medios privados pidiesen su opinión a periodistas o especulasen sobre las razones para esta decisión sin sentido desde el punto de vista empresarial? Definitivamente no. Si se hurga tras la medida de Mediaset solo se puede deducir una motivación ideológica y/o un sometimiento a los dictados del régimen neoliberal en su doble faceta gubernamental / IBEX y banca.
Estamos ante un ejemplo claro de aplicación del cuarto filtro del Modelo de Propaganda de Chomsky y Herman, las llamadas «contramedidas para disciplinar a los medios» que “pueden adoptar la forma de cartas, telegramas, llamadas telefónicas, instancias, pleitos, discursos e interpelaciones al congreso, y otros mecanismos de queja, amenaza y acción punitiva” [3]. En este caso, se cumple perfectamente la advertencia de estos dos pensadores: «incluso cuando la audiencia y los beneficios son elevados, en muchas ocasiones la importancia política prepondera». Para «Las mañanas de Cuatro» hablamos de audiencias de entre el 12% y 14%, muy parecidas al programa de la competencia, «Al Rojo Vivo» de la Sexta, en un contexto de poco más del 6% de audiencia media para esta cadena. Tal y como señala uno de los medios que patrocina a Ciudadanos, El Español, ha salido a la luz que el Gobierno planea cargar contra el duopolio de las televisiones (Mediaset y Atresmedia) a través de multas por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por abuso de su posición en el mercado. Esta decisión de alejarse de la política serviría para hacer un favor al Gobierno y así evitar posibles multas en el futuro. La destitución de Cintora ya se interpretó en su momento como una presión del Ejecutivo de Mariano Rajoy contra los periodistas más críticos. Otras explicaciones parecen poco creíbles o muestran un peso claramente inferior.
Recordemos que el artículo 15 de la Ley 3/2013 -«Nombramiento y mandato de los miembros del CNMC»- [4] establece que «Los miembros del Consejo, y entre ellos el Presidente y el Vicepresidente, serán nombrados por el Gobierno, mediante Real Decreto, a propuesta del Ministro de Economía y Competitividad».
Mediaset dejó bien claro su desacuerdo con la línea editorial marcada por Cintora, llegando al extremo de acusarlo de falta de «objetividad». Una acusación de lo más cómica en un entorno mediático dominado por un férreo control de las posiciones que perpetúan el orden establecido desde la llamada «transición», y un sesgo ultraliberal asfixiante. Valga como ejemplo la mención a la competencia de «Las Mañanas de Cuatro» en La Sexta. El programa de Ferreras mantiene un formato desequilibrado en cuanto a quién se da voz y a quien se deja hablar y exponer sus argumentos sin el ruido consentido de ciertos opinadores instruídos a tal efecto. Los economistas invitados para transmitir sus saberes son exclusivamente neoliberales. Un hecho ya señalado por el Catedrático de Economía Vicenç Navarro en repetidas ocasiones, tanto en su contestación a una invitación a La Sexta Noche -«es una presentación de economistas neoliberales, salpicado de vez en cuando por algunos más progresistas. Y todo ello bajo la supervisión de los tertulianos, de los cuales los eternos Eduardo Inda y Francisco Marhuenda siempre están presentes»- [5] como al referirse al citado «Al Rojo Vivo» [6];
Uno de los casos más notorios de impunidad son los economistas de tendencia liberal (es decir, hablando claro, neoliberal) que, a través de aquellos medios, han estado proponiendo y promoviendo políticas económicas de claro corte neoliberal, como recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social, y reducciones en la accesibilidad a servicios públicos de primera necesidad (como sanidad y educación, entre otros), así como reformas laborales que han provocado un gran descenso salarial, políticas todas ellas que han tenido unas consecuencias enormemente negativas para el bienestar de la población y para el estado de la economía. Pues bien, a pesar de la enorme evidencia científica que existe mostrando el desastre (y no hay otra manera de definirlo) que han significado tales políticas, dichos economistas continúan apareciendo en los medios, y continúan recetando las mismas políticas. Hay múltiples ejemplos de ello.
La desaparición de esta tertulia política en Cuatro, la única que, por otra parte, daba cierta cancha a políticos de Unidos Podemos, a Ayuntamientos como los gobernados por Ahora Madrid o Barcelona en Comú entre otros, o ponía el dedo en la llaga de ciertos poderes económicos, llámese banca o multinacionales, deja un panorama aún más triste, sombrío y plano en la televisión. Un programa que contaba con invitados sin pelos en la lengua como Cristina Fallarás [7], que colocaba el acento en asuntos primordiales como la pobreza creciente, los desahucios, el feminismo, las movilizaciones de los pensionistas, la memoria histórica y, en definitiva, en la agenda social antes que en otros asuntos como las omnipresentes Cataluña y Venezuela. La desaparición de «Las Mañanas de Cuatro» debe observarse como otra jugada desesperada del agonizante ejecutivo Rajoy, que no duda en mostrar su cara más represiva a un año de las próximas citas electorales, ya sea a través del código penal, de las leyes mordaza, del veto permanente y chanchullero en el Congreso a todas las proposiciones de la oposición y -cómo no- del vergonzante control de los medios de comunicación. Los tres últimos capítulos, el que nos ocupa, el intento de control de TV3 y la dilatación de la renovación de TVE por concurso público gracias a su paralización en el Senado, donde cuenta con el 30% de los votos y el 60% de la representación en virtud a otra triquiñuela del orden post-transición.
Su probable sustitución por «Mujeres, hombre y viceversa» es toda una declaración de intenciones por parte de Mediaset. Del debate político con un formato bastante aceptable y una agenda casi rupturista con el status quo, al embrutecimiento más vil y nauseabundo.
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[1] https://elpais.com/cultura/2018/05/18/television/1526658977_223130.html
[2] http://www.elmundo.es/television/2018/05/18/5afef06ee2704e91138b45e8.html
[3] http://www.tercerainformacion.es/blog/diseccionandoelpais/2013/08/03/el-…
[4] https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2013-5940
[5] http://www.vnavarro.org/?p=13815
[7] https://twitter.com/LaFallaras/status/997537471742259200
es una PUTA VERGÜENZA KE ME KITEN LAS MAÑANA DE CUATRO POR ESA PUTA Y ASKEROSO PROGRAMA DE MUJERES Y HOMBRES Y SU PUTA MADRE ALE AHORA IGUAL QUE TELE5 LA BLOJEI EN MI TV