Hoy 28 de febrero, se cumplen 47 años de la huida vergonzante por parte de España, de la última colonia, la que era su Provincia 53; el Sáhara Español.
Esta fecha, 28 de febrero de 1975, qué tendría que aparecer reflejada en la Historia, como el fin de una era colonial y el comienzo para el Pueblo Saharaui, del autogobierno y renacimiento como País; quedó para siempre atravesada con dolor en su memoria, por la salida precipitada de la población no autóctona hacia la Península, dejando a los/as españoles/as de origen saharaui, abandonados/as a su suerte, sin opciones para protegerse ante el avance de la genocida “Marcha Verde” marroquí; que ocupó ilegalmente su territorio sembrando el terror y la muerte; convirtiendo al Sáhara Occidental, en el único país de África, que no ha podido llevar a cabo el proceso de autodeterminación, independencia y descolonización.
Casi 50 años después, el Ejecutivo español, liderado por Pedro Sánchez, lejos de haber actuado en consecuencia para hacer memoria y propiciar un relato basado en la verdad, que ofrezca justicia y reparación, ha modificado sin ningún tipo de pudor, la postura de “neutralidad activa” ya insuficiente, ante la cuestión de la autodeterminación del Pueblo Saharaui; mostrándose favorable a la postura del reino Alauita.
Estas décadas, han supuesto para la población saharaui: exilio, refugio en la inhóspita ”Hamada” argelina o, para quienes residen en los territorios ocupados, la sistemática violación de derechos humanos (incluida la encarcelación sin juicios justos, tortura o la desaparición forzada) el expolio de sus recursos naturales y la marginación por su origen en su tierra.
Este Pueblo colmado de paciencia y esperanza por retornar a su Tierra, se opuso con una lucha armada de convicciones a la ocupación de Marruecos hasta 1991, cuando aceptó una propuesta mediada por la ONU para el alto el fuego, que incluía la realización de un referendum de autodeterminación auspiciado por la MINURSO (una Misión de las Naciones Unidas creada a tal fin para el Sáhara Occidental), postura que mantuvo, enarbolando la lucha pacífica por sus derechos; hasta que Marruecos provocó la ruptura del acuerdo de paz a final de noviembre de 2020.
Y, aunque nuestro Presidente no viajó en esa fecha, ni en posteriores aniversarios de tan triste acontecimiento, a ofrecer su apoyo al representante democráticamente elegido y reconocido por Naciones Unidas del Pueblo Saharaui; ni hasta el momento, ha anunciado el envío de apoyo logístico para la defensa del territorio ilegalmente invadido por la potencia marroquí; queremos invitar a Pedro Sánchez y a cualquier miembro de su gabinete, a viajar a los Territorios Ocupados y comprobar el trato vejatorio, la situación en la que se encuentran los/as presos/as políticos/as en las prisiones visitables (a las cárceles negras, es poco probable que les permitan acceder), los arrestos domiciliarios combinados con asaltos nocturnos y agresiones de toda índole.
Queremos proponerle al Ejecutivo, que se reúna con el Pueblo Saharaui en los Campos de población refugiada saharaui en Tinduf, (Argelia); ese lugar que, para quienes portamos principios relacionados con la justicia social, provoca un retorno constante; como si su ritual del té impregnara del ser nómada. Ese empedrado desierto en el que los años transcurren diametralmente opuestos a la liquidez de nuestros tiempos occidentales y el denso y pesado espacio no es ya habitable desde hace demasiado.
Ofrecemos al Gabinete de la Presidencia un encuentro con la ciudadanía saharaui en la diáspora que reside en España; para que les relaten en primera persona la precariedad laboral, y de residencia con la que sobreviven; la dificultad para poder lograr un visado que permita a las familias reunirse, los años de espera interminables de situación de ilegal; cuando no hay un País al que retornar.
Y por último, exigimos al Gobierno español hoy; una fecha ignominiosa para nuestro Estado Social, Democrático y de Derecho, que concluya el Proceso de Descolonización del Sáhara Occidental, como actual potencia administradora del territorio.
Porque no es legítimo, ni lícito; que en la agenda del “Gobierno más Progresista” de nuestra democracia, no se haya avanzado con contundencia en la necesaria dirección en estos años, para reparar la deuda histórica que con el Pueblo Saharaui existe: exigir la Celebración del Referendum de Autodeterminación; más allá de la tibieza de una Proposición de Ley por parte de Unidas Podemos, para otorgar la nacionalidad española a quienes nacieron antes de 1976 y a sus descendientes en primera línea de consanguinidad, que es sin duda, una medida insuficiente para un Pueblo que trata de defender la suya propia; y, que sin embargo se ha encontrado con la oposición del partido Socialista (sin que esta actitud continúa de bloqueo, sorprenda ya a nadie).
Y hasta que estas exigencias logren eco, seguiremos apoyando esta justa causa; porque, si desde el peor lugar inimaginable, el Pueblo Saharaui continúa resistiendo y describiéndote el océano que baña las costas de su Tierra (esa que jamás le vio nacer y jamás pisó; esa en la que el confinamiento fue pre y post pandémico y les impide pasear sus orillas; esa de la que tuvo que huir para no incluirse en la interminable lista de desapariciones forzadas…). Si un Pueblo diminuto en su expresión, porta en sus pupilas la CONVICCIÓN de un Sáhara Libre, y permanece en una lucha sin parangón casi 50 años (47 por dar concreción); ese PUEBLO es una provocadora inspiración, que cuenta con mi apoyo incondicional hasta que logre habitar su Tierra arrebatada.
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