Treinta estudiantes de quinto y sexto de primaria del colegio Antonio Gala de Córdoba han participado en un nuevo taller de Planeta Barrio, un proyecto de alfabetización científica y ambiental en la infancia con el que han aprendido a identificar y poner en valor las flores silvestres. El jaramago, la malva, la avena o la cebadilla, que nacen de manera espontánea por muchas zonas de las ciudades, son algunas de las once plantas que el alumnado ha identificado de manera rápida en un descampado del barrio de Las Margaritas.
Con el asesoramiento de la investigadora del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba Sara Parras, quien también ha diseñado el proyecto, el joven equipo botánico ha ido señalando las cualidades más llamativas de cada una de las flores. Su olor, su suavidad o aspereza, los colores, el tamaño… son algunas de las características señaladas por el alumnado los cuales, además de disfrutar de una formación diferente, también han interiorizado muchas de las ideas y han aprendido la importancia de este tipo de flora para la biodiversidad de las ciudades. Como le gusta recalcar a la investigadora Parras, no se trata de «malas hierbas» sino de plantas vecinas que sirven de alimentos para algunos pájaros o que benefician el crecimiento de algunas frutas.
Para Javier Redondo, profesor del CEIP Antonio Gala, la actividad, que encajaba con el programa educativo Aulas Verdes que tienen en marcha en el centro, ha permitido «que el alumnado conozca una gran variedad de plantas de su entorno que normalmente las ven pero que ni saben su nombre ni sus propiedades».
El taller del colegio Antonio Gala se suma al celebrado en marzo en el centro Jerónimo Luis de Cabrera, también de Córdoba. En las próximas semanas, el colegio Sierra de Adamuz completará el grupo de centros educativos que han participado este año en Planeta Barrio, un proyecto producido por la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Córdoba.
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