Nos encontramos ante el último filme del conocido esperpéntico y grotesco director Álex de la Iglesia, el cual ha dejado en los últimos años los derroteros locales y transita por territorios extranjeros. En esta ocasión, Venecia no solo va a ser el paisaje donde se desenvuelve la trama sino que va a ser una de las grandes protagonistas en esta obra que parte del género del slasherde los años sesenta pero que se mezcla de lleno con el terror italiano, lo cual ya podemos ver en sus extraordinarios títulos de crédito homenaje al giallo de los años setenta y al teatro parisino de humor naturalístico Gran Guignol plagado de un horror ciertamente amoral, gran referente de los filmes slasher en la actualidad.
En esta ocasión, nos encontramos a un grupo de ruidosos turistas españoles que llegan a Venecia en pleno carnaval para divertirse y celebrar que la protagonista -Ingrid García-Jonsson- se va a casar dentro de poco. Así, mediante un montaje acelerado -y casi atropellado para algunos espectadores- se nos presenta a unos personajes que, tras unos precipitados diálogos, van a encontrarse en el centro de la acción, una Venecia desbordada por el turismo masificado donde unos misteriosos asesinatos a turistas a manos de un enmascarado disfrazado de bufón van a ser el telón de fondo de la historia. Y es que, tal y como podemos ver en el tráiler, en los primeros quince minutos de película ya hemos acudido al asesinato -eso sí, siempre bajo el gore-, al misterio -para lo cual el carnaval veneciano y el uso de las máscaras van a ser la clave- y a la velocidad de la trama, la cual va a ir reduciéndose poco a poco para dejar paso al suspense y va a retomarse en ciertos momentos específicos de la trama. De esta manera, el espectador se introduce en el caos imperante a través de los callejones oscuros de una ciudad laberíntica y en el interior de edificios casi en ruinas sin por ello dejar de lado los famosos canales en algunas secuencias, no solo mostrarnos la parte más conocida de la ciudad sino para mostrarnos la realidad de una Venecia donde el mar está recuperando su espacio natural robado por el ser humano.
Los venecianos piensan que los turistas, “los de su calaña, traen la muerta a su ciudad por lo que han decidido generar miedo, miedo de verdad”. Así, la característica frase de “vamos a comernos Venecia” acaba por darse la vuelta y por ser la ciudad, la turismofobia creciente de los venecianos y villanos enmascarados los que se la coman a ellos cuando en la primera noche de viaje deciden ir a una fiesta y uno de ellos -el hermano de la protagonista- no regresa y no lo encuentran por ningún sitio por lo que tienen que acudir a la policía para denunciar la situación. De esta manera, Veneciafrenia nos presenta también el papel de una sociedad secreta -a la que la policía deja banda ancha ya que también piensan que “los turistas son los culpables”- pero no ahondando en extremo en este aspecto sino dejándose llevar más por derroteros: dar caza al misterioso asesino y saber el porqué de sus asesinatos. Este thriller de terror contemporáneo con un toque de esperpento y comedia negra va más allá y mediante la crítica social no solo plantea una denuncia a la masificación turística sino que también lo hace mediante el uso de las figuras de los demás turistas como testigos de los asesinatos, los cuales solo se limitan a mirar a través de sus pantallas y a creerse que, tal y como señala el bufón, todo se trata de una actuación.
Bien es cierto que, en ciertas ocasiones, resulta algo previsible la trama y el uso de la elipsis incluso descoloca al espectador. También debemos señalar que al igual que hay amantes del característico cine de De la Iglesia, también hay odiadores, y esto también ocurre con este filme, ya que, pese a encontrarnos ciertos aspectos llamativos en la obra, esta va decayendo en ciertos aspectos hacia el tercer acto, pudiendo verse el final como un anticlímax o como cierta revelación poética -según el punto de vista- o incluso algunas escenas como mero homenaje a clásicos de la historia del género. Por otro lado, hay que destacar la confianza del director en actores y actrices, si bien profesionales, no siendo personajes tan reconocidos en la industria del cine, hecho que hace que se presente cierta naturalidad en el tono interpretativo no característica del slasher pero que aporta puntos positivos a la obra. Si bien en este punto hay que destacar la crucial presencia de los actores italianos -sobre todo Cosimo Fusco- cuyas frases y voz característica aún resuena en la mente tras el visionado.
Veneciafrenia, estrenada en el Festival de Cine de Sitges, se inscribe dentro del sello The Fear Collection, una unión entre Sony Pictures y Amazon Prime, que a modo de saga de películas antológicas pretende traernos dos películas cada año producidas y dirigidas por caras conocidas del género del terror español, siendo esta la primera producción.
En último lugar, no cabe olvidar las claras referencias del director a obras como Sei donne per l’assassino (Mario Bava, 1964), Il mostro di Venezia (Dino Tavella, 1965), Chi l’ha vista morire? (Aldo Lado, 1972), Una vela para el diablo (Eugenio Martín, 1973), Profondo rosso (Dario Argento, 1975), Giallo a Venezia (Mario Landi, 1979) o a otras más actuales como Hostel (Eli Roth, 2005) o Isle of the Dead (Nick Lyon, 2016) pero sobre todo, el director señala una influencia clara en obras como Amenaza en la sombra (Nicolas Roeg, 1973). Asimismo, tampoco tenemos que olvidar sus referencias a la compañía de Jason Blum llamada Blumhouse Productions y sus producciones de terror bajo el drama social o incluso al director, productor y guionista James Wan y obras de la saga Saw o Expediente Warren o las archiconocidas del género como Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980), A Nightmare on Elm Street (Wes Craven, 1984), Halloween 4: The Return of Michael Myers (Dominique Othenin-Girad, 1989) o incluso la actual Halloween Kills (David Gordon Green, 2021). Si os ha gustado la película os recomiendo no solo su fabulosa serie 30 monedas (2020) sino obras como Historias para no dormir (2021) -llevada a cabo por diferentes directores como Rodrigo Sorogoyen, Paco Plaza, Rodrigo Cortés y Paula Ortiz- o la serie argentina Cuentos para viernes por la noche (Pablo Vergara, 2020) y que estéis a la espera de la próxima entre de The Fear Collection, bajo el título de Venus y la dirección de Jaume Balagueró inspirándose para ello en el cuento de H.P. Lovecraft titulado The dreams in the Witch House.
Así que solo me queda decir: ¡¡¡¡¡VENDETTA!!!!!
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