La franja de pinares costeros de Doñana presenta grandes extensiones de árboles secos, en su mayoría pinos, pero también de otras especies como sabinas, alcornoques, coscojas, labiérnagos, que la convierten en una bomba de relojería forestal.
Ecologistas en Acción Andalucía ha querido advertir de situaciones que pueden ocurrir en el trayecto hacia la aldea del Rocío, en Almonte, Huelva, de miles de personas. «Un rayo de una tormenta seca o un descuido por parte de alguno de los miles de peregrinos que van a transitar en breve por esta zona de miles de pinos secos originaría una catástrofe de incalculables consecuencias«.
La causa de la mortalidad de estos miles de pinos es desconocida, pero el colectivo ecologista temes que esté relacionada con la salinización del acuífero por intrusión marina como una de las consecuencias más indeseables de la sobreexplotación del acuífero de Doñana, debidas a las extracciones de Matalascañas, la zona fresera y los Hatos de la marisma de Sevilla.
Aunque podría deberse a otras causas, Ecologistas en Acción lamenta que nunca haya dado nadie da una respuesta sobre lo que está pasando, ni que se esté llevando a cabo actuación de emergencia alguna. «No hay seguimiento, ni hay control de este proceso de colapso de la vegetación en esta zona del Parque Nacional de Doñana«, critican.
Lo cierto es que se produce un proceso de enfermedad forestal en un espacio que debería gozar de las máximas garantías de protección, en el que se supone que al menos dentro de sus límites se debe tener un máximo nivel de control para su conservación y de seguimiento de los procesos naturales que ocurren en él. Y, precisamente, ese espacio va a vivir esta semana un estrés adicional, con la confluencia en la zona de pinos secos y miles de peregrinos que pueden ponerse en peligro en caso de que se produzca un incendio en la zona.
El estado de la vegetación, ya de por sí seca por la sequía que padecemos, más el combustible que representan esos miles de árboles muertos, a los que se suma gran cantidad de ramas secas de podas realizadas y no han sido eliminadas en la zona del Puntal, son el cóctel perfecto para un gran incendio.
Ecologistas en Acción entiende que se trata de una emergencia que debería tratarse como una situación excepcional por las autoridades del Plan Romero y no descartar, como medida preventiva, el desvío de las hermandades a caminos alternativos para evitar males mayores.
0 comentarios