El Consejo del Movimiento Ciudadano ha trasladado al alcalde y al presidente de la Gerencia de Urbanismo su oposición a que se generalice poder construir por encima de seis plantas en nuestra ciudad. A este respecto, el CMC quiere recordar «que no es cierto que en Córdoba no se puedan elevar más los edificios. Así ha pasado, por razones singulares, con la Torre del Agua, o se llegó a planificar en el Cordel de Écija junto al puente de Andalucía, o se intentó con el Ojo del Califa sobre el antiguo Hotel Meliá, o con el edificio administrativo que diseñó la Junta de Andalucía en Noreña».
De hecho, en los Planes especiales que se han construido en Chinales, transformándolos de industriales a residenciales, el PGOU ha permitido, desde su aprobación en 2001, que se alcancen nueve plantas transformando los derechos de edificación en altura para poder contar con zonas verdes, equipamientos, etc. Pero eso, advierte el CMC, «es algo que se permitió ocasionalmente, sobre una zona que ya estaba colmatada de edificación, aunque fuera industrial, y en busca de su transformación a residencial. Otra cosa muy diferente sería incrementar la edificabilidad a los planes parciales pendiente de desarrollo en nuestra ciudad cuando ya tenemos en la Gerencia de Urbanismo el intento de colmatar de edificios el área entre la Ronda de Poniente y la Variante Oeste, supuestamente para compensar los costes de construcción«.
En ese sentido, el órgano presidido por Juan Andrés de Gracia, recuerda que lo que ha defendido siempre la planificación urbana de Córdoba «es que la altura de las edificaciones tuviera relación sobre la anchura de las calles y avenidas, o sobre la imagen de nuestra ciudad al pie de la Sierra, de ahí que se calcularan las viviendas a construir en función de un techo edificable que no pasara de seis plantas. Para favorecer a los promotores, la Junta de Andalucía ya aprobó fórmulas para ampliar el número de viviendas sin ampliar la edificabilidad, o se ha permitido edificar en los bajos previstos para comercio. Esto ha pasado en Huerta santa Isabel o va a pasar en la manzana de la antigua cárcel de Fátima«.
Por todo ello, el Consejo del Movimiento Ciudadano se teme que la propuesta de Construcor es una presión al ayuntamiento cuando se está elaborando el nuevo Plan de Ordenación Urbanística sin que hasta ahora hayan podido acceder a los trabajos. «Incrementar el número de plantas no redundaría en el precio de la vivienda puesto que es un mercado libre basado en el mercado y lo único que aseguraría es un incremento de beneficios para el promotor. Preguntemos por los precios de las viviendas de la Torre del Agua, con 14 plantas, o de las promociones de 9 plantas en Chinales y comprobaremos que lo que se pretende es que el rendimiento lucrativo de los suelos sea mayor sin que haya ninguna contrapartida social o medioambiental«, concluye el CMC.
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