Desde hace unas décadas es cada vez mayor la preocupación por la contaminación lumínica. Ésta se produce por las emisiones de luz de fuentes artificiales con altas intensidades, generando un brillo que se ve en el cielo por las noches. Se puede definir como un exceso de iluminación o una iluminación incorrecta por no estar bien dimensionada ni dirigida, alumbrando al cielo, la copa de los árboles o las ventanas de las viviendas. Por lo tanto, es una iluminación nociva e ineficiente.
“Lamentablemente, todavía en muchos lugares las farolas y luces están mal diseñadas, emitiendo la luz hacia el cielo, como las farolas tipo globo. Otras luces tienen un exceso de potencia, o cuentan con horarios poco eficientes”, en palabras de Irene González Blanco, portavoz de El Brote. Afortunadamente, ya varias ciudades europeas han decidido reducir, al menos puntualmente, la potencia y el horario del alumbrado público de 00.00 a 6.00 de la mañana con un ahorro económico muy importante. La reivindicación de reducir la contaminación lumínica forma parte de toda la batería de iniciativas emprendidas por Ecologistas en Acción Córdoba y por el Brote Educación Ambiental para promover una ciudad más saludable y sostenible.
Tal y como recoge el informe “Convivir con la Biodiversidad”, diversos estudios han constatado que la contaminación lumínica afecta a los ciclos biológicos de la fauna, alterando pautas de alimentación o apareamiento de insectos, las rutas migratorias de las aves o los desplazamientos de murciélagos. Pero también tiene efectos nocivos en la salud humana, al alterar los ciclos circadianos, debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades crónicas. Por otra parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ya se hizo eco de un estudio publicado en la revista Nature sobre los efectos de la contaminación lumínica en la agricultura, al reducir la actividad de los polinizadores nocturnos en un 62% y la producción de frutas en un 13%. Por tanto, esta contaminación tiene efectos en la producción mundial de alimentos, así como económicos.
Por todo ello, “abordar este tipo de contaminación es esencial y, afortunadamente, hay soluciones muy sencillas para reducir drásticamente los impactos negativos de este tipo de contaminación”, afirma Cristina Contreras Jiménez de Ecologistas en Acción. Así, algunas de estas propuestas son:
- El uso de luces artificiales sólo donde sea necesario.
- Reducir al mínimo la duración y la intensidad de la iluminación (especialmente de letreros publicitarios, escaparates comerciales, monumentos…) y priorizando el uso de luces amarillas o cálidas.
- Usar lámparas apantalladas cerradas.
- Limitar el cono de luz al objeto a iluminar, preferentemente con iluminación desde arriba.
- Aprobar planes de gestión medioambiental de edificios empresariales.
- Utilización de detectores de movimiento para el encendido de las luces.
Esta actividad está financiada por la Delegación de Solidaridad del Ayuntamiento de Córdoba y cuenta con la colaboración de la Biblioteca Grupo Cántico, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Para inscribirse a la actividad, solo hay que escribir un correo a proyectos@elbroteeducacionambiental.com.
Cel Fosc es una asociación independiente y abierta de ciudadanos y ciudadanas que tiene como objetivo influir en la sociedad para mejorar el alumbrado público y privado. Iluminar mejor, respetando el medio ambiente y la salud, ahorrar recursos naturales, aumentar la seguridad vial y vigilar el buen uso de nuestros impuestos derrochados en malas instalaciones e iluminaciones.
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