Estos días, aprovechando los 43º en la calle, me he dedicado a acompañar a mi hijo en su repaso de los últimos exámenes y cuando hemos llegado al tema 6 de sociales me he llevado algunas sorpresas que, por supuesto, voy a aprovechar este espacio para compartir.
La primera es que en un solo tema les meten 4 siglos de historia, del tirón, y como, obviamente, hay que resumir, que no cabe todo, el Ministerio de Educación (o la Consejería o quien sea que le indica a las editoriales el contenido a incluir) ha decidido limitarse a hablar de los reyes, la grandeza de España entre los siglos XV y XVIII, y el “descubrimiento” de América. Exaltación de la monarquía, toma 1.
Del viaje de Colón por el Atlántico destaca el libro, especialmente, el apoyo de la corona de Castilla a tan peregrina idea. Menos mal que estaba aquí la reina de Castilla, con su ojo empresarial, para financiar el viaje del bueno de Colón, porque hasta ese momento nadie le había hecho caso, ni en Italia ni en Portugal. ¡¡Viva Castilla!! ¡¡Viva España!! (ya vamos viendo el bucle en el que vivimos). Exaltación de la monarquía, toma 2.
No nos paramos mucho a hablar mi hijo y yo (en el libro no hay mención) de si entonces la mayoría creía que la tierra era plana y unos pocos que era redonda y por qué (eso son minucias sin importancia) o de cómo debió de ser ese viaje en medio de un océano cuyos límites se desconocían: las enfermedades y muertes que tuvieron que enfrentar, cómo se organizaban con la comida y el agua, cómo era la higiene, cuánto duró, etc. A mi hijo le resultó fascinante imaginar esa aventura y todas sus dificultades, quería saberlo todo y me hacía muchas preguntas… pero nada decía el libro.
“Niño, tu limítate a lo importante: Los Reyes Católicos. Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando. Viva la monarquía, viva el catolicismo, viva España. No te me despistes.”
Tampoco se habla en el libro de qué paso tras la supuesta conquista… sería interesante que se contara abiertamente cómo fue el expolio descabellado que hicieron los españoles de las riquezas de los pueblos precolombinos; cómo lo primero que hicieron fue llenar aquello de curas e iglesias que forzaron una conversión obligada al cristianismo y se dedicaron a burlarse y ridiculizar las creencias y tradiciones de quienes habitaban aquel territorio; cómo usaron las armas y la fuerza para someter y esclavizar a un pueblo que hasta ese momento era libre y autosuficiente; cómo las relaciones se construyeron a base de engaños, asesinatos y violaciones perpetradas en nombre de la religión y la corona (“la cruz, la espada y el capital” dicen los Mejía Godoy en una de sus canciones que recuerda este capítulo de la historia). Nada, ni una palabra de todo esto. A quienes deciden el contenido de la educación ha debido de parecerles que carece de importancia.
Eso si, se menciona de pasada el intercambio de productos que se produjo entre España y América y lo cuentan en un tono tan amable, cordial y recíproco… ole, ole…. Que supongo que mi hijo imaginó a dos colegas en un mercado de trueque, negociando en condiciones justas y equitativas. Tal cual…
– Mira Atahualpa, te traigo caballos y ovejas, te ayudarán a desplazarte, a trabajar y podrás hacer queso y usar la lana cuando haga frío en Machu Picchu…
– Gracias Rafael, como mola, pues yo a cambio te doy maíz y patatas, ya verás que ricos….
– Que guay, pues me tienes que explicar cómo se cultivan y cómo se comen…
– Claro amigo, cuando quieras.
A todo esto, el libro si dice que el “descubrimiento” fue un 12 de octubre y que por eso ese día es el día de la Hispanidad o día de la Raza. Cuando le digo a mi hijo lo que opino del “Día de la Raza” me mira con cara de “tierra trágame, por qué ha tenido que tocarme una madre así”. Supongo que no sabe cómo complacer a su profe y sacar buena nota en el examen, sin decepcionarme a mi. Le digo que esto se lo cuento para que en un futuro sea un hombre de pensamiento libre, pero que ahora memorice el año del viaje y los años de reinado de los Reyes Católicos y no se agobie. Que a mi también me parece bien que saque buena nota y que es joven para empezar a revelarse contra el sistema.
Después de dedicar una buena parte del tema a esto, en dos páginas se hace un repaso a todos los siguientes reyes… la dinastía de los Austrias y la de los Borbones hasta Carlos IV… rapidito que se nos acaba el curso, del 1500 al 1800 vamos a destacar que España era un imperio en el que no se ponía en sol, que “teníamos” territorios por todo el mundo y que andábamos en batallitas con los de siempre… que ahora te expulso, que ahora reconquistas, que te vuelvo a expulsar… aunque esto se ve que fue poca cosa, a juzgar por la cantidad de palabras que le dedican. Exaltación de la monarquía, toma 3.
Pero si a las peleas con los pueblos árabes en Andalucía se les dedica poco espacio (aquí lo de la contextualización educativa como que no), al conocimiento de la realidad de la época ninguno. No hay ni una información que permita saber cómo era la vida de la gente en aquel entonces, si había cultura o educación, si había mucha pobreza, cómo eran las diferencias entre los ricos y el pueblo, qué sucedía en los territorios que se iban conquistando, cuáles eran los negocios, traiciones y engaños con los que las coronas de diferentes lugares iban ganando o perdiendo territorio. Para ser completamente sincera, en el resumen del reinado de algunos de estos personajes de la historia se mencionan “revueltas campesinas en Andalucía, el Mediterráneo y Cataluña”, sin más explicación ni profundidad. Va a ser que se revuelven porque el campesinado es así, muy de revolverse, pero que no tiene más interés.
Y mientras tanto, niño, tu a lo tuyo… a quién le importan las revueltas campesinas del siglo XVII (ni las del siglo XXI)… Tu céntrate… ¡¡Viva el rey!! ¡¡Viva España!!
Esto por no hablar de que en todo el tema solo aparecen 3 mujeres, una destaca por su belleza, la otra por estar loca (de amor, encima) y solo la tercera es mencionada por su papel en la vida política del momento. Pero vamos, esto me lo podía esperar… tampoco es que me sorprenda demasiado.
Cuando acabamos el temita de apología de la monarquía y la iglesia católica (se me olvidó decirles que también hay una mención al “Tribunal de la Santa Inquisición, dedicado a juzgar delitos religiosos”, fin de la cita) la cosa siguió, porque entonces mi hijo me dice “ah y tenemos que hacer un trabajo de la guerra civil”.
Me explica que el trabajo consiste en que pregunten a sus familias cosas que recuerden de la guerra, se las cuenten y ellos las escriban para compartirlas en clase. Como en el libro no hay ningún tema donde se hable de la guerra civil, le pregunto que por qué tienen que hacer ese trabajo y me dice que porque lo dice el profe, le insisto…
– Si, ya imagino, pero ¿estáis dando la guerra civil?
– No.
– ¿La habéis dado en algún momento del año?
– No.
– ¿Os han dado información en clase sobre el tema, aunque no venga en el libro?
– No.
– ¿Os han puesto algún vídeo, ha venido alguien a dar una charla o han dicho que en estos días se conmemora algo relacionado con la guerra?
– No.
– ¿Y a santo de qué, a 4 días de que acabe el curso, el profesor quiere saber qué recuerdos de la guerra tienen las familias?
– Mamá… ¡¡yo que sé!! Pero tengo que hacerlo para el jueves o me pone un negativo.
Y lo hicimos, claro.
Debo confesarles que el trabajito de las narices despertó toda mi desconfianza. ¿Para qué quiere saber esta persona cuáles son los recuerdos de mi familia?¿Cuál es el objetivo de esta actividad?
Pero vamos… “quien no la debe no la teme” dice el refrán y como no tengo que nada que ocultar rápidamente nos pusimos a contextualizar un poco el tema antes de entrar en materia. Le hablé a mi hijo de la segunda república, buscamos algunos vídeos que explicaran esto de forma amena y para peques (no los encontramos, así que se tuvo que conformar con unos un poco rollo) y…. sobre todo…. Me paré en el que siempre ha sido el capítulo de la historia reciente favorito de mi padre y del que tanto me habló: las Misiones Pedagógicas que del 31 al 36 recorrieron España llevando cultura y educación a los pueblos, en un intento de universalizar el conocimiento y romper la brecha entre la clase alta y el pueblo trabajador, empobrecido y deliberadamente analfabeto.
Mi hijo me miraba algo impaciente… mamá que mi trabajo es de la guerra… y yo le expliqué que para saber quién lucha y por qué en una guerra hay que conocer la situación anterior de cada uno de los bandos, para entender quién quiere ganar qué con la guerra y qué cambios se quieren imponer, o impedir, según el caso.
Cuando llegamos a la guerra, nos topamos con que el mapa de la evolución de la guerra civil en España se parecía extraordinariamente a algunos de los mapas de los imperios españoles de siglos muy anteriores.
Mi hijo y yo descubrimos juntos que los territorios “rebeldes” y los territorios “sumisos” han sido los mismos, desde el siglo XV hasta hoy. Con algunas excepciones, claro, pero Catalunya, Euskadi, Navarra, una buena parte de la Andalucía oriental y la zona Mediterránea han protagonizado muchos más alzamientos campesinos y populares, contra el clero, contra la monarquía, contra Franco, han sido más rebeldes y resistentes que Galicia, Castilla y León y una parte de la otra Castilla.
Después de 5 siglos de historia plagados de conflictos, injusticias y pobreza, una guerra terriblemente cruenta y casi 40 años de dictadura… el panorama político de nuestro país en la actualidad es terriblemente parecido al que era hace siglos. Los bandos siguen casi inamovibles. Seguro que esto era obvio para muchas personas pero yo, discúlpenme la ignorancia, hasta ayer no fui consciente del inmovilismo histórico al que nuestras ideologías se han aferrado y de cómo las familias se han encargado de perpetuar su mensaje, de generación en generación, y de cómo somos un país dividido en dos mitades.
Algunos territorios se debatieron entre la resistencia y la sumisión, según las zonas. Como nuestra querida Andalucía, que ahora pareciera que se va a dejar llevar al completo por la más absoluta de las derivas… parece que no se está comportando como el territorio rebelde que fue… o quizá eso nos quieren hacer creer.
Yo creo que la sangre de esos antepasados que tantas veces se han levantado, a pesar de ser empujados una y otra vez (campesinado, pueblos árabes, proletariado, clase obrera, gente de la cultura sensible y comprometida, rojos y rojas) sigue corriendo por las venas de una gran parte de la población andaluza. Corre por tus venas, seguramente, así que quedan 2 días para reescribir la historia. Estamos a tiempo.
Aún podemos volver a colocar a Andalucía en el lado del tablero de quienes defienden la justicia y los derechos. Solo tenemos que salir a la calle y votar.
Quizá tenemos dudas, quizá no encontramos nuestra opción ideal, quizá nos parezca que las circunstancias son tan desfavorables que para qué… lo comprendo, así mismo me sentía yo, pero hoy he decidido que este domingo voy a salir a la calle en honor de todas las mujeres que la historia ha silenciado, de las personas que poblaron estas tierras y de las que no se habla en los libros porque no eran ricas ni decidían en asuntos políticos, de los pueblos expulsados ilegítimamente que han vuelto una y otra vez a defender lo suyo, de las personas oprimidas, de los cientos de muertos en fosas comunes con tiros a la espalda, de quienes están siendo silenciados y negados en nuestros libros de historia. Por ellas y por ellos esta tierra se merece recuperar su espíritu de justicia social que siempre tuvo. Pan, trabajo y libertad.
Nos vemos en las urnas. Hasta la victoria siempre.
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