El pasado verano, como en otras ocasiones, asociaciones de cazadores han llevado a cabo «tiradas de codornices a máquina» durante las fiestas patronales. Esta modalidad consiste en introducir unas codornices vivas en un artilugio mecánico que las lanza para que sean disparadas.
No es una práctica muy extendida y en muchos sitios está prohibida, por ejemplo en las comunidades autónomas de las Islas Baleares, Murcia, Galicia, Canarias y Cataluña. En Andalucía, en el Reglamento de la Federación Andaluza de Caza (FAC), aparece esta modalidad, que fue aprobada por la Consejería de Deporte. Sin embargo, la normativa andaluza sobre protección de animales (Ley 11/2003, de 24 de noviembre) deja muy claro que está totalmente prohibido «utilizar animales vivos como blancos en atracciones feriales, concursos o competiciones». Y considera que están bajo esta protección «todos los animales que sean criados por el hombre para la producción de alimentos u otros beneficios». Puesto que el origen las los ejemplares utilizados en estas tiradas con máquina son granjas de cría, es de aplicación lo establecido en la citada normativa.
«Estos animales, que vienen ya hacinados y estresados del traslado desde granjas de cría hasta los campos de tiro eventualmente creados para tales eventos, se encuentran con que su martirio no ha acabado. Todavía les queda salir disparadas por los aires y ser abatidas» declara Juan Clavero, coordinador de naturaleza en Ecologistas en Acción Andalucía.
En España, la codorniz es una especie cuya tendencia poblacional presenta un declive significativo desde 1998(1), y una de las amenazas de conservación de esta especie es la hibridación con la codorniz de granja (2), precisamente la variedad que es utilizada en estas tiradas con máquina.
«Teniendo en cuenta el acusado declive detectado en las poblaciones de codorniz común a lo largo de la última década, resulta necesario extremar las precauciones en su gestión. Se deben tomar en consideración y dar respuesta a todos los factores de amenaza para nuestras codornices nativas y, entre ellos, se encuentra el riesgo de hibridación, que debe evitarse a toda costa», argumenta José Eugenio Gutiérrez, Delegado Territorial de SEO/BirdLife en Andalucía.
Las organizaciones firmantes consideran que los argumentos aquí expuestos son razón suficiente para que la Administración andaluza prohíba definitivamente este tipo de actos, que contravienen la normativa vigente en materia de bienestar animal y de conservación de la biodiversidad.
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