El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 101 situadas en Andalucía. Entre sus principales conclusiones, destacan:
- Durante 2023 la calidad del aire en Andalucía ha mejorado respecto a los años 2022 y anteriores a la pandemia, con una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico, estos porcentajes oscilan entre el 12 % y el 31 % respecto a los promedios del periodo 2012-2019.
- El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores límite aprobados por el Parlamento Europeo el pasado 26 de abril, que deberán alcanzarse antes de 2030. De acuerdo con estos umbrales, el aire contaminado afectó en 2023 a casi dos terceras partes de la población andaluza, lo que expresa la magnitud del reto a asumir por las administraciones en los próximos años para alinearse con la nueva legislación.
- Considerando la normativa todavía vigente, la población que respiró aire contaminado por encima de los obsoletos límites legales actuales se redujo a 22.000 personas en la zona de Villanueva del Arzobispo (Jaén). Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación se limitó a 3.400 kilómetros cuadrados, el 4 % del territorio andaluz.
- Y si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos, y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea, el aire contaminado afectó en 2023 a la totalidad de la población y el territorio andaluces.
- El año 2023 fue seco y el segundo más cálido en España desde al menos 1961. La estabilidad atmosférica activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El alto calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de julio y agosto. El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire.
- El factor esencial para explicar la caída de la contaminación atmosférica durante 2023 es la evolución de la actividad económica tras la pandemia de la COVID-19. El consumo de combustibles fósiles y electricidad se redujo el año pasado y las fuentes renovables cubrieron más de la mitad de la demanda eléctrica, limitando las emisiones de las centrales térmicas de ciclo combinado, estando cerradas la mayoría de las de carbón, las más contaminantes.
- Las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire siguieron afectando a la totalidad de la población andaluza. Las partículas PM10 presentaron la peor situación en Villanueva del Arzobispo y las áreas metropolitanas de Granada, Málaga y Sevilla. Las áreas urbanas de Algeciras, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno. El ozono afectó a las áreas suburbanas y rurales a sotavento de las grandes ciudades. Por primera vez en España desde la entrada en vigor en 2013 del objetivo legal del cancerígeno arsénico, éste se superó en 2023 en la zona industrial de Huelva, con relación a las emisiones de la fundición de cobre Atlantic Cooper.
En opinión de Ecologistas en Acción, la contaminación del aire debería abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 fallecieron prematuramente hasta 21.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, en torno a 4.000 de ellas en Andalucía, según el Instituto de Salud Global. Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan según el Banco Mundial 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español.
Ecologistas en Acción ha realizado en 2023 y 2024 sendas campañas de medición en los accesos a algunos de los centros escolares con más tráfico motorizado de las ciudades de Granada y Sevilla, con el resultado de que la población infantil está a menudo expuesta a niveles muy elevados de contaminación, por encima de los registrados en las estaciones oficiales de control de la calidad del aire. Lo que además cuestiona su ubicación.
Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente, pero una decena de Comunidades Autónomas siguen incumpliendo su obligación de elaborarlos para rebajar el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales. Ecologistas en acción denuncia que la Junta de Andalucía sigue incumpliendo su obligación de aprobar planes de lucha contra la contaminación por ozono en todas las zonas de la Comunidad salvo la Bahía de Algeciras.
Vencido hace año y medio el plazo para que todos los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, la mayoría de las ciudades andaluzas no las han implantado, siendo ineficaces las aprobadas en Almería, Córdoba, Estepona, La Línea y Sevilla. Y tampoco se han dotado de protocolos de actuación frente a los episodios de mala calidad del aire.
Para Ecologistas en Acción, «la única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es reducir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, acelerar el área de control de las emisiones del transporte marítimo del Mar Mediterráneo y designar la del Atlántico Noroeste (obligando al suministro eléctrico a buques en puerto), y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas«.
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