- Desde EQUO queremos denunciar la verdadera situación de nuestra sociedad y la necesidad de realizar políticas para aquellas personas más vulnerables.
La crisis que comenzó en 2008 ha quedado atrás, según las cifras macroeconómicas. Sin embargo, en Europa casi un cuarto de la población sufren pobreza y, en España, esta cifra se sitúa en 27.9%, un 4,1% más que al inicio de la crisis, solo por detrás de Grecia y Chipre.
Más del 30% de los españoles son mileuristas, y más del 15% de la población activa está en situación de desempleo (según datos del INE), con un elevado índice de trabajo temporal y precario. Todo ello pese a las previsiones de la Organización Internacional del Trabajo que apuntan a una posible reducción de la tasa en dos puntos porcentuales.
Esta situación afecta también a los pensionistas. Más de 3 millones, el equivalente al 32,6% del total, cobran por todas sus pensiones menos de los 8.200 euros anuales que delimitan el umbral de la pobreza, según un informe de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). Los mayores de 65 años son el único grupo de edad en el que aumenta la tasa de pobreza
En nuestro país, las prestaciones tienen un menor impacto en la reducción de la desigualdad, es decir, no ayudan suficientemente a las familias con rentas más bajas. Hay muchas prestaciones que se encuentran en valores por debajo del umbral de la pobreza, y existe un elevado número de hogares (cerca de los 800.00) que sólo cuentan con las rentas mínimas de inserción como único ingreso como medio de subsistir, a las que sólo se les destina una parte pequeña del gasto total, sólo un 6%.
Para EQUO es imprescindible que no existan rentas por debajo del umbral de la pobreza, y que sean equiparadas a la Carta Social Europea. Desde nuestra formación abogamos por la reforma de la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización y modernización del Sistema de Seguridad Social que preveía en su Disposición Adicional 21, de la aprobación de un Proyecto de Ley de reordenación integral del sistema de prestaciones no contributivas de la Seguridad Social con el objetivo de mejorar su cobertura, establecer con más claridad el ámbito de sus prestaciones e introducir nuevos ámbitos de protección para acabar con las lagunas de cobertura que se detectan en nuestro sistema.
Es esencial que caminemos hacia una renta básica para todas, que nos sirva como método para abolir la pobreza y reducir las desigualdades, como método de lucha contra la carestía del trabajo, como base para construir derechos humanos y tener un desarrollo sostenible.
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