
Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones. Escritor y Periodista. Primer Premio Nacional de Prensa de 1983 en concurso convocado por el Ministerio de la Presidencia del Gobierno, promovido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, por acuerdo de la “64ª Sesión Plenaria de la Asamblea de las Naciones Unidas de 19 de noviembre de 1981”.
En el quinto aniversario de la muerte de Julio Anguita (16 de mayo de 2020) (1), no solo recordamos su legado como el primer alcalde comunista de la democracia española, sino también la continuidad de su proyecto bajo el liderazgo de Herminio Trigo, quien asumió el relevo en 1986 (2). Mientras Anguita sentó las bases de una ciudad más justa y participativa, Trigo —en sus casi tres legislaturas— impulsó una visión más lineal y cartesiana, eliminando barreras físicas y sociales que dividían Córdoba. Juntos, entre sus mandatos, proyectaron y ejecutaron obras que transformaron la ciudad, pasando de una estructura heredada del franquismo a una urbe moderna, cohesionada y preparada para el futuro.

La visión radical de Julio Anguita: democratizar la ciudad.
Anguita gobernó con una perspectiva geocéntrica, priorizando los barrios olvidados y devolviendo lo público a la ciudadanía. Su gestión (1979-1986) se caracterizó por:
Recuperar servicios esenciales: municipalización de Aucorsa (1980), creación de Sadeco (1986) y Vimcorsa (1981).
Inversión en periferias: mejora de infraestructuras en zonas marginadas, Villarubia, El Higuerón, Alcolea, Santacrucita, el Muriano, Trassierra) e inicio de aquellas con perspectivas futuras. Como el Plan Parcial Renfe (1983). Inicios de los centros de servicios sociales (1984).
Cultura, participación e información: Restauración del Gran Teatro (1986), primer Reglamento de Participación Ciudadana (1983). Explicación por los concejales de los Presupuestos Municipales en los distritos. Periódico El Pregonero y la Televisión Municipal (1984), gracias a la cual Córdoba dispone de un canal de la TDT y del archivo audiovisual municipal más importante de las ciudades españolas (3).
Defensa del medio ambiente y el patrimonio: Declaración de Córdoba como «zona no nuclear» (1983) y II Conferencia Internacional de Municipios No-Nucleares (1985) y protección de la Mezquita como Patrimonio de la Humanidad (1984).
Su dimisión en febrero de 1986 para presentarse a las autonómicas no significó el fin de su proyecto, sino el traspaso a un equipo que profundizaría en la transformación urbana.
Herminio Trigo: el arquitecto de la Córdoba conectada.
Si Anguita fue el ideólogo de la Córdoba justa, Herminio Trigo (1986-1995) fue el ejecutor de la Córdoba estructurada. Con un enfoque más técnico y cartesiano, su gobierno se centró en eliminar las barreras físicas que dividían la ciudad:
Plan General de Ordenación Urbana de 1986: Como documento por el que se regía la disciplina urbanística en el territorio.
Integración del ferrocarril: Eliminación de la barrera que suponía la línea férrea, mejorando la conexión entre barrios (Plan RENFE).
Plan Especial del Río Guadalquivir (1992): Convirtiendo el río en un eje vertebrador, no en una frontera, coordinando proyectos de movilidad y espacios públicos. Con la planificación de construcción de nuevos puentes.
Modernización de infraestructuras: Construcción de Merca Córdoba (1987), nuevo cementerio de La Fuensanta (1988) y el pabellón cubierto de Vista Alegre (1985).
Continuidad en servicios públicos: Ampliación de la Orquesta Municipal (1986-1992) y consolidación de la informática interactiva en el Ayuntamiento (1984-1987) y organización y métodos en los procesos de tránsito de documentos (4).
Un legado compartido: de la Córdoba antigua a la moderna
La combinación de ambas gestiones permitió que Córdoba pasara de ser una ciudad fragmentada por el franquismo a un modelo de urbanismo social y funcional. Anguita rompió con el clientelismo y devolvió el poder a los barrios; Trigo materializó esa visión con proyectos que unificaron el espacio urbano.
Hoy, cuando caminamos por una Córdoba sin barreras ferroviarias, con un río integrado en la vida ciudadana y servicios públicos consolidados, estamos viendo el fruto de dos formas complementarias de entender la política: la radicalidad transformadora de Julio Anguita y la eficacia estructurante de Herminio Trigo.
(*) “En memoria de Julio Anguita (1941-2020), y en reconocimiento a Herminio Trigo y a todo el equipo que hizo posible una Córdoba más justa y unida.»
(1) Alcalde de Córdoba de 1979 a 1986.
(2) Alcalde de Córdoba de 1986 a 1995.
(3) La Informática Municipal, la Televisión Municipal y la Organización y Métodos eran áreas de mi competencia como Concejal de Informática y Organización. Cargo que modestamente tuve el honor de servir de 1983 a 1987.
«La política es hacer posible lo necesario» (Julio Anguita).
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