Hemos pasado de la izquierda materialista a la posmoderna, y ahora se abren las puertas de la izquierda de Mr. Wonderful. Nos vacían de significados, nos derrotan desde dentro, con sonrisas, emociones y psicología positiva.
De la resistencia, del análisis crítico, del conflicto y del empeño en el cambio social entramos al afecto, la sonrisa y la ternura pasando por la exaltación egoísta de la identidad individualista. Asistencialismo emocional como solución a los problemas de precariedad, explotación, escasez de acceso a productos básicos, deterioro permanente de lo público.
Ese asistencialismo con sonrisas es útil para quien no tiene problemas en pagarse la calefacción o llegar a fin de mes. Es una terapia para estar cómodo en el mundo donde vivimos y hacer frente a las contradicciones. Una vuelta de tuerca más desde ocurrencias personalistas que desprecia lo colectivo como metodología de elaboración de propuestas que no existen, es una impugnación a lo que conocemos como la política en su esencia. Sin lo colectivo, sin partidos políticos que funcionen de abajo arriba y sin programa, sobre todo sin programa, que envuelva todo ello, no hay política ni democracia, hay otra cosa.
Será efímero, hasta que deje de ser útil a la cara amable del sistema y a sus medios, hasta que se concreten propuestas que sean incómodas. Mientras tanto se acude a la llamada en un sentido más religioso que político, cuestión de fe. Los peones vuelven a posicionarse de manera ilusionada para ser elegidos por el vértice de la estructura piramidal. No tardarán en cuestionar el proyecto quienes no hayan sido seleccionados, que serán los más, es un nuevo «dejá vu» una especie First Date ante el líder.
Mientras, uno seguirá en la primera fase de lo material, asumiendo el rol de la resistencia, y no de resiliencia. Porque, como dice Felipe Alcaraz, la diferencia entre resistencia y resiliencia está en no asumir lo que hay, en lugar de tener que adaptarse a lo que tenemos con cariño, empatía y buen rollo.
Cada vez estamos más solos pero, sin embargo, cada vez somos más.
Esperanza.
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