La asociación de familias “Con la capacidad de crear” del CEIP Algafequi, se ha concentrado hoy 19 de noviembre en la puerta del centro para denunciar el lamentable estado en el que se encuentra el gimnasio del colegio.
Desde la asociación se asegura que el estado de este gimnasio no es algo nuevo. Se trata de un edificio que tiene unos 50 años y que necesita de un cierto mantenimiento por parte del Ayuntamiento para evitar que se llegue a la situación en la que nos encontramos actualmente.
Según denuncian las familias afectadas, hace ya un año empezaron los desprendimientos de parte de la cubierta y, tras informar al Ayuntamiento, “su respuesta fue poner simplemente unas vallas para acotar el espacio y así evitar daños”, lamentan.
En junio se ejecutaron obras con fondos del Programa de Fomento del Empleo Agrario (PROFEA) lo cual hizo pensar a las familias del alumnado del colegio en que el arreglo del gimnasio iría incluido. Sin embargo, tras el verano, con la vuelta al colegio, todo seguía igual. “Mismas vallas, y sin rastro de mejora o intervención alguna”.
Desde la asociación manifiestan tener constancia de que la dirección del centro ha presentado quejas de manera continuada, y las familias también a través de la app de infraestructuras. Pero no han obtenido respuesta. Después de las intensas lluvias y viento de las pasadas semanas, la estructura del gimnasio ha empeorado, produciéndose más desprendimientos de cascotes, acumulación de agua en la cubierta, manchas visibles de humedad en las paredes…
Ante esta realidad, la dirección del centro ha decidido cerrar el gimnasio para evitar un mal mayor. Pero, aun así, el riesgo de desprendimiento de la cubierta en el exterior sigue existiendo. “¿Tenemos que esperar a una desgracia para que el ayuntamiento ponga remedio? ¿Es justo que el alumnado del colegio no pueda tener clases, ni actividades deportivas y extraescolares por el estado ruinoso del gimnasio? ¿Cuántos años tienen que pasar para que arreglen un tejado que se cae?”.
La lógica inquietud y temor se han instalado entre los padres y madres del alumnado, que llevan a sus hijas e hijos al colegio con el temor de que ocurra algún accidente. “Las vallas y el cierre son el parche para evitarlo, pero no un arreglo, y no queremos pasar más años esperando soluciones que nunca llegan”, lamentan.
A la situación del gimnasio se le suma la de la falta de toldos, cuya instalación lleva tiempo prometida pero que aún no se ha hecho efectiva. “En mayo tuvimos que venir con sombrillas y paraguas al colegio porque no pusieron los toldos prometidos (aún no se han puesto…). Hoy nos hemos concentraremos en las puertas del colegio con chalecos, cascos y material deportivo para reivindicar un espacio seguro para nuestras hijas e hijos y denunciar el estado ruinoso del gimnasio”.
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