La carretera Nacional-420, que divide en dos el Parque Natural de Cardeña-Montoro (Córdoba), se ha convertido en una trampa mortal para el lince ibérico (Lynx pardinus), una de las especies más emblemáticas y amenazadas de la fauna europea. Según denuncia Ecologistas en Acción, la falta de mantenimiento en las mallas de cerramiento de la vía está provocando atropellos de linces que podrían haberse evitado con una gestión adecuada.
El caso más reciente tuvo lugar el pasado 23 de septiembre, cuando un lince fue atropellado en las cercanías de Cardeña. Este no es un hecho aislado: los activistas han documentado un deterioro generalizado del vallado en tramos críticos, donde la cobertura vegetal y la presencia de conejos (especie presa del lince) hacen que los felinos crucen con frecuencia la carretera, exponiéndose al riesgo de ser arrollados.
Una responsabilidad compartida, pero sin acciones concretas
La situación es consecuencia de un vacío de responsabilidades entre administraciones. Mientras el Ministerio de Fomento es responsable del mantenimiento de las carreteras nacionales, la conservación de la fauna silvestre recae en la Junta de Andalucía. Sin embargo, ninguno de los dos actores ha actuado de manera contundente para evitar las muertes de estos animales en peligro de extinción.
En la última sesión de la Junta Rectora del Parque Natural, celebrada el pasado 5 de diciembre, quedó patente el descontento de los colectivos ambientalistas por el estado deplorable de los cerramientos de protección. Los paños de valla vencidos, las roturas intencionadas y la falta de mantenimiento general son una constante, especialmente en el tramo que conecta Cardeña con el límite provincial de Córdoba.
Un peligro creciente para los linces y la seguridad vial
La recuperación de la población de linces ibéricos, aunque esperanzadora, está incrementando los riesgos. Al desplazarse hacia áreas antropizadas en busca de alimento debido al declive de los conejos en Sierra Morena, los linces están cruzando carreteras cada vez más frecuentadas. Esta situación no solo pone en peligro a la especie, sino también la seguridad de los conductores.
Ecologistas en Acción insiste en que las muertes de linces no son inevitables. Con medidas como la reparación de los vallados, la mejora de los pasos de fauna y un sistema de control periódico del estado de las infraestructuras, sería posible reducir drásticamente el riesgo de atropellos.
Exigen acciones urgentes
La organización ambientalista ha hecho un llamamiento al Ministerio de Fomento y a la Junta de Andalucía para que actúen con urgencia. Entre sus demandas destacan:
- Reparar de inmediato los tramos más deteriorados del vallado de la N-420.
- Realizar un estudio exhaustivo del estado del cierre perimetral.
- Implementar un sistema periódico de revisión y mantenimiento de las infraestructuras.
- Mejorar y aumentar las medidas que permitan la continuidad ecológica entre ambos lados de la carretera.
Salvar al lince ibérico, una responsabilidad colectiva
El lince ibérico ha sido un símbolo de la lucha contra la extinción, y su población ha aumentado gracias a décadas de esfuerzo y recursos destinados a su conservación. Permitir que mueran atropellados por una negligencia administrativa es una contradicción inaceptable.
La protección de esta especie no solo es un imperativo ambiental, sino también una muestra del compromiso social con un modelo de desarrollo sostenible. Mientras las administraciones se señalan mutuamente, cada día que pasa sin medidas concretas se traduce en vidas perdidas, tanto de linces como en la confianza hacia quienes deberían protegerlos.
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