Nos quieren echar. La administración tiene abandonado el Casco. No se respeta nada, tenemos que hacer algo. No es justo, nadie nos escucha. ¿Tendremos que denunciar al juzgado? Estas son algunas de las frases que escuchamos de nuestros vecinos/as y que nos hacen llegar a nuestra asociación vecinal. Hemos recogido firmas, participado en la mesa de usos del Casco, lo hemos comunicado reiteradamente a los responsables políticos de nuestro ayuntamiento, impulsamos y formamos parte del Foro por el derecho a la Ciudad, hemos reivindicado públicamente el derecho al descanso y manifestado en diversas ocasiones la situación que se vive en nuestro Casco y especialmente en La Medina y Axerquía Sur. Lo decimos una vez más, vivir en el Casco Histórico de nuestra ciudad, comporta en la actualidad, todos los inconvenientes y casi ninguna de las ventajas que racionalmente se pueden considerar.
Cuando empezaron las restricciones al tráfico y se planteó la implantación de las zonas ACIRE, estuvimos de acuerdo, pues parecía lógico preservar nuestra ciudad monumental e histórica de la agresión que suponía en calles y plazas el tránsito y estacionamiento de vehículos que contaminaban nuestro paisaje urbano. Pero esto se acompañaba de unas contrapartidas, que fueron compromisos en su momento, encaminadas a que la vecindad tuviera garantizada la accesibilidad y movilidad. Estas contrapartidas contemplaban líneas de microbuses, aparcamientos para residentes y una serie de medidas de rehabilitación integral que han ido quedando en el más absoluto olvido.
La situación actual es que la vecindad es multada cuando acceden a sus domicilios y paran para descargar compras o a personas con poca movilidad, mayores y enfermos. Nos vamos a detener, obligatoriamente, dado el carácter y fin de nuestra asociación vecinal, en denunciar la tortura permanente que supone el alto nivel de contaminación visual y sobre todo acústica que hace imposible el descanso y el equilibrio psicológico de nuestra vecindad. Se suceden los eventos, fiestas, celebraciones, ocupación masiva de la vía pública y de viviendas mal llamadas turísticas, sin regulación, sin control, sin respeto de horarios ni ningún tipo de norma. Si no tenemos bastante con las fiestas tradicionales, semana Santa, Cruces, Patios, despedidas de solteros/as, etc, ahora sumamos otras novedosas organizadas por la administración, saltándose todas las normativas relativas a decibelios y horarios y de las que son máximo exponente la Noche Blanca y el festival Riomundi. ¿No quieres caldo?..! Pues toma tres tazas!
El festival Riomundi, bajo la filosofía de hermanamiento de nuestro río con otros del mundo, estableciendo lazos, colaboración e intercambio de culturas, gastronomía, artesanías, etc, en realidad, comporta un desprecio al significado de hermanamiento, una falta de respeto medioambiental a nuestro río y a las personas residentes en los barrios cercanos. En cuanto a este año, hemos tenido hasta las 4 de la madrugada del sábado y domingo, temblores de las viviendas y por supuesto no ha habido descanso ni para enfermos, niños, ni para nadie y de la misma manera que llegó, se marchó, sin dejar rastro, bueno sí, el de la suciedad y los efectos del alcohol, que nos acompañaron hasta entrada la mañana.
El hermanamiento, las actividades deportivas, gastronómicas y culturales se esfumaron, si es que existieron. Y mientras tanto nuestro río, el anfitrión, sin limpiar año tras año y sus riberas olvidadas año tras año y su acondicionamiento para el buen uso y disfrute permanente, nunca llega. En aras de lo que creemos y repetimos que nos parece una errónea y equivocada promoción turística de la ciudad, nos gastamos un alto presupuesto del dinero de todos, mientras que como hemos dicho, el Plan del Río no avanza, mientras el Museo Arqueológico se encuentra en ruinas, el de Bellas Artes es un socavón y el Arco del Portillo se cae en pedazos, por poner algunos ejemplos. Dentro de la Noche Blanca, nos gastamos 217.000 euros. Estos despropósitos no deberían ser consentidos por los cordobeses y cordobesas y sobre todo, no deberían los representantes públicos seguir haciendo oídos sordos.
Junta directiva de la Asociación Vecinal La Axerquía
Totalmente de acuerdo. Debemos continuar reivindicando poder vivir en el casco. Que no decaiga la moral vecinal!!.