El lobo es una especie esencial en los ecosistemas mediterráneos que, lamentablemente, se ha dejado extinguir en Andalucía. Aunque la Junta de Andalucía ha mantenido la falacia de la existencia de una población de lobos en la sierra de Andújar, lo cierto es que el censo nacional de lobos, realizado entre 2012 y 2014, determinó la inexistencia de grupos reproductores y la posible extinción del lobo en Andalucía.
Posteriormente, en 2017-2018, la Junta de Andalucía promovió un trabajo para esclarecer la situación de la especie en Andalucía, que terminó por corroborar que la especie no está presente en el territorio andaluz.
Para Ecologistas en Acción Andalucía, «nada ha hecho la Junta de Andalucía para evitar la extinción del gran depredador del bosque mediterráneo«. Hay que recordar que la Junta de Andalucía tiene las competencias en la protección de la biodiversidad y tenía la obligación de haber declarado al lobo en peligro crítico se extinción, con la consiguiente obligación de aprobar y ejecutar un plan de recuperación. «Nunca lo hizo, a pesar e la insistente petición al respecto de las organizaciones ecologistas. El resultado de esta inacción ha sido que la población andaluza de lobo se ha ido reduciendo hasta su extinción«.
Mientras tanto, el colectivo ambientalista lamenta que «la Junta de Andalucía no ha dudado en beneficiarse de un proyecto LIFE basado en el lobo, financiado por la Unión Europea con más de un millón y medio de euros, y que se ha cerrado sin pena ni gloria, y con un resultado nulo«. E insisten en que «habría que recordarle que el lobo es una pieza fundamental en los ecosistemas andaluces. Este gran depredador controla poblaciones de ungulados como el jabalí, la cabra montesa, el ciervo y el gamo, además de otros carnívoros generalistas, eliminando los individuos débiles, enfermos, accidentados, viejos… lo que le hace comportarse como un auténtico agente preventivo de las epizootias, y un protector de la vegetación ante la presión excesiva de los herbívoros«.
Esta labor actúa en favor de la ganadería extensiva, ya que minimiza los contagios desde la fauna silvestre. La proliferación de jabalíes y cerdos asilvestrados, y el fracaso de las medidas de emergencia cinegéticas para controlarlos, demuestra la importancia de la presencia del lobo en nuestros bosques y dehesas. Además, el lobo no constituye ningún peligro para las personas, no habiéndose registrado ataques a humanos en toda España en el último siglo.
Para Ecologistas en Acción, «el lobo ibérico requiere una protección estricta, que permita la recolonización de los montes andaluces a partir de su expansión hacia el sur de las poblaciones del noroeste; expansión y recolonización que se acelerará con la protección del lobo a nivel nacional«.
El 28 de julio de 2022, la Conferencia Sectorial de Transición Ecológica aprobó la “Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo y su convivencia con las actividades del medio rural«. Para el desarrollo de dicha estrategia, que cuenta con una importante financiación, las comunidades autónomas deben suscribir un acta de compromiso de cumplimiento de la Estrategia, y concretar los objeticos y las medidas para conservar el lobo, en aquellas comunidades donde está presente, y para facilitar la recolonización en aquellas en las que se extinguió, como es el caso de Andalucía.
El Ministerio para la Transición Ecológica ha informado a Ecologistas en Acción de las comunidades que han aprobado la Estrategia y recibido fondos para financiar las medidas incluidas en la misma, entre las que, inexplicablemente, no se encuentra Andalucía. Por ello, han al Consejero que se proceda a la catalogación inmediata del lobo ibérico (Canis lupus signatus) como taxón en Peligro de Extinción o Extinto en Andalucía, que se proceda a la elaboración urgente de un Plan de Recuperación del lobo en Andalucía y que la Junta de Andalucía apruebe la Estrategia para la Conservación del Lobo, con la suscripción del correspondiente acuerdo con el MITECO para su desarrollo y financiación.
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