El colectivo artístico Guerrilla Girls comenzó en los años 80 a cuestionarse, entre otras cosas, si era necesario que las mujeres estuvieran desnudas para estar presentes en los museos. La pregunta era pertinente si se tiene en cuenta que en muchas galerías las obras de artistas femeninas son minoritarias, mientras que los desnudos son principalmente protagonizados por ellas. Este colectivo, que destaca por un activismo feminista y antirracista en el que la denuncia, el humor y el lenguaje tienen un papel clave, reclama más igualdad en el mundo artístico y ha sido el punto de partida para que la investigadora Luisa Rodríguez Muñoz, del área de Traducción e Interpretación de la UCO, destaque el papel que la traducción también tiene en la igualdad de género.
“Yo me di cuenta de que en los museos la gente cada vez leía más. Se acercan a las cartelas, leen folletos. Para quienes hacen arte es muy importante poder interactuar y las personas ya no se limitan a tener un rol pasivo mirando las obras. El público no solo va a disfrutar de la obra a través de la observación, sino también a través de la lectura, por lo que la parte lingüística no se puede dejar detrás”, explica Rodríguez Muñoz consciente de que en el ámbito artístico la traducción no está muy extendida. “En ámbitos como el cine o la literatura estamos acostumbrados a la traducción, pero en el caso del arte la autenticidad es muy importante y salvo artistas que lo desean, normalmente no hay traducciones de toda la obra, sino más bien de forma complementaria”, añade.
Con la idea de que esta realidad debería cambiar para que todas las personas, con independencia de su nivel de idiomas, puedan disfrutar del arte, Rodríguez Muñoz aprovechó una muestra que el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) de Sevilla hizo sobre las Guerrilla Girls para estudiar la traducción al español que se hizo de sus obras. Unas obras que en muchas ocasiones incluyen textos (escritos en inglés) como instrumento de denuncia y que, por el mensaje que transmiten sobre la presencia de mujeres y hombres en el arte, demandan el empleo del lenguaje inclusivo para que el público hispanohablante pueda entenderlo correctamente.
Para que la muestra fuera más accesible, el CAAC tradujo la parte lingüística de las obras al español a través de un folleto y, como ha comprobado Rodríguez Muñoz, el centro fue consciente de que a través del lenguaje debía transmitirse el mensaje feminista de las Guerrilla Girls. Para ello emplearon diferentes estrategias desde no marcar el género, hasta visibilizarlo, pasando por estrategias como el desdoblamiento o duplicar el mensaje en expresiones como “la mujer artista”. Es verdad que en ocasiones hubo incoherencias en el uso de una u otra estrategia, pero la investigadora lo achaca a la falta de costumbre en el empleo del lenguaje inclusivo.
Como forma de asegurar la accesibilidad y que todas las personas comprendan adecuadamente las obras de arte, el estudio pone de relieve no solo la importancia del lenguaje en los centros de arte contemporáneo y la traducción de ese lenguaje para obras internacionales, sino también que el uso de lenguaje inclusivo en la traducción de arte feminista es indispensable, sobre todo para artistas más combativos que además de la experiencia estética apuesten por un cambio social. Todo ello sin olvidar que los museos públicos o con una importante financiación pública están obligados por ley a la promoción de la igualdad de género a través del lenguaje.
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