Hoy no tenemos fuerzas en Paradigma para nada. Lo sabíamos desde hace tiempo. En febrero ya decía que quería venirse para Córdoba y despedirse de la gente que lo queremos. No ha podido ser. Entre otras cosas porque era un luchador tremendo y no se rindió jamás y, con esas otras dos guerreras infatigables que tiene como pareja y como hermana, lo intentó hasta el final. Mujeres bravas y preciosas. Porque no podía tener alrededor más que gente preciosa.
El «Txinorri» cayó por Paradigma como un regalo. En esta asociación en la que todo es altruista, todo es voluntario, todo es a pulmón, Adri llegó allá por 2019 para compartir con Javi las tareas técnicas. Y se vació. Como se vaciaba con todo. Por sus manos pasaron estudiantes de Imagen y Sonido a las que dedicaba las horas que no le permitía su cuerpo. Algunos luego estuvieron también como técnicos en Paradigma Radio.
No llegó a terminar la sintonía para nuestra radio. Porque nunca la veía «perfecta». «Déjame que la pula«, y le daba otra vuelta más. La maldita enfermedad que consiguió noquear hace algunos años ha vuelto para vengarse. Y ha sido muy, muy cruel. Inmerecidamente cruel. No debería ser así con personas como Adri. Con ninguna persona, pero con gente buena, auténtica, generosa, como lo era Adri, menos.
Desde el primer momento que se conoció su recaída, la marea de apoyo y solidaridad con él nos dejaba atónitas. Una multitud de amigas y amigos de por donde ha ido pasando Adri (su Rota natal, Granada, Barcelona, Córdoba,…) se volcaron aportando cada pizca de sus pieles: amor, apoyo, formas de recaudar dinero para ayudarle en lo que precisara. Día a día, esa marea se movía incesantemente, para estar con el amigo que lo necesitaba. ¡Qué mejor prueba de cómo era Adri! Recibió lo que él dio a espuertas.
Hoy no damos para más que poner esta nota, que odiamos tener que poner, que nos cuesta la misma vida poner. Pero es de justicia y también, porque nos sale del alma y del corazón, porque queremos mucho a Adri. Lo querremos siempre. Y siempre será parte de este pequeño y humilde, pero precioso proyecto que es Paradigma.
No quedará aquí la cosa. Lo de que Adri siempre estará en Paradigma irá tomando forma próximamente. Porque nuestra radio no tiene sentido, no hubiera sido, sin el «Txinorri». Amigo, ¡nos vemos! ¡Te queremos!
Y a María, a Martina, a su madre, solo podemos estar siempre con vosotras, admirándoos por vuestra fuerza, vuestra valentía, vuestra determinación. Dando ejemplo de lo que es importante en la vida, dándole en la boca a desalmados que siempre buscan «hacer caja». Sois referentes para todas nosotras. ¡Gracias por haber cuidado tan excelentemente de nuestro «Txinorri»!
Grande Adri y grande Paradigma, gracias por este pedazo de amor en forma de artículo.