Justo en las fechas en que nos hablaba Guillermo Contreras en Paradigma Radio, acababa de pasar otra Dana por las costas de Levante, la tormenta Gloria. Resulta inevitable comentar este hecho puesto que está directamente relacionado con el Cambio Climático. Estas tormentas tan virulentas, así como los inmensos incendios que se están produciendo en Australia desde este verano, adquieren tales dimensiones por causa del calentamiento global, con una certeza del 100%. Esta evidencia nos marca además el camino de lo que está por venir. Esperemos que estos hechos provoquen en las personas un cambio de conciencia y comprendan que esto de la Emergencia Climática no es una ocurrencia de los ecologistas o de la comunidad científica internacional, y que tenga el coraje de exigir a los gobiernos y a las empresas que actúen rápido. En referencia a las danas, lo que se ha estado haciendo es legislar protegiendo una urbanización desaforada del litoral, invadiendo las zonas que de forma natural han de estar deshabitadas. Las cuencas naturales de los ríos también se invaden, o se cambian de trayectoria, y cuando se embalsan, lo que están provocando es impedir que arrastren sedimentos al mar y que se tenga después que reponer la arena de las playas. Cuando hay una gran tormenta en la costa, el mar recupera su espacio, al igual que los ríos.
Recientemente OXFAM ha elaborado un informe sobre la situación mundial de los cuidados. De él se desprende que las 2000 personas más ricas del mundo acumulan más dinero que los 4600 millones de personas más pobres. Pues bien, sobre la agresividad de estas danas e incendios, la responsabilidad está en estas 2000 personas. Aunque hay un conocimiento pleno sobre este problema y su responsabilidad, no se quiere poner solución porque a estas 2000 personas no les importa en absoluto lo que les ocurra al resto, y están apoyadas por el 20% de la población mundial, que se benefician de ellas, las parasitan y son cómplices de ellas. Es el 1% de la población, la más rica, apoyada por el 19%, las clases medias-altas, contra el 80% restante. Para dar solución a este problema hay que cambiar la ecuación; el problema no es que hay pobreza en el mundo, el problema es la riqueza. Ese 80% (la mayoría) tiene que coger las riendas, movilizarse e intentar poner de rodillas a ese 20% para recuperar el reparto equilibrado de la riqueza, como el río recupera su cauce. En las manos de todas está. La minoría poderosa sostiene una ideología montada para justificar su supremacía, siempre ha sido así. Con el paso del tiempo esas familias han ido transmitiendo cada vez más argumentos a favor de que ellos están como están porque se lo merecen, por gracia de Dios, y que los inmigrantes, por ejemplo, tienen que morir en el Mediterráneo. Si el 80% interioriza y acepta esos argumentos, está perdida. La batalla se gana con ideología.
En enero de este año se estaba celebrando, como cada año, el Foro de Davos, donde se reúnen millonarios, líderes empresariales, periodistas, intelectuales selectos, líderes políticos. Está diseñada para que el capital reflexiones y explore las soluciones a los problemas del capitalismo. Hablan en definitiva de la sostenibilidad… del sistema capitalista. A veces permiten que intervenga algún personaje de algún gobierno, incluso invitan a personas del mundo de la ecología y permiten que les echen en cara muchos desaguisados. Se permiten el lujo de invitar a personas que cuestionan el capitalismo porque de alguna manera eso contribuye a lavar su imagen. El capital tiene diferentes órganos de reflexión y asesoramiento, como el reciente G20, sus centros de elaboración de pensamiento, pensadores contratados a su servicio. Para ellos es muy útil aún a sabiendas de que ello genera una respuesta internacional tremenda.
El modelo de sociedad industrializada está llevando al planeta a una situación de colapso. El capitalismo es un sistema que ha demostrado su absoluta ineficacia, ya que después de 200 o 300 años de implantación, en el mundo hay 850 millones de personas que pasan hambre. Un sistema que no es capaz de resolver una situación así, que permite que sólo 2000 personas acumulen tanta riqueza, es un sistema fracasado. El sistema capitalista será sustituido por otro al igual que el capitalismo sustituyó al feudalismo. El sistema que ha de sustituir al capitalismo tiene que poner a las personas en el centro, que todas las políticas pivoten en torno a las personas y no en torno a la acumulación de riqueza. Esta expresión, la de “poner a las personas en el centro”, que en el mundo ecologista se viene manejando desde hace mucho tiempo por ser un colectivo muy preocupado por los cuidados, figura en la declaración de Emergencia Climática que ha hecho el gobierno español. Eso es un avance muy importante, así como la defensa de los derechos humanos. Los cambios en la sociedad son lentos, hasta que se produce el gran salto, la revolución, que es el resultado de muchos pequeños pasos. Los movimientos sociales tenemos que estar alerta para que cuando un gobierno tome alguna medida que favorezca a las clases más desfavorecidas, apoyarlo, y cuando no las tome, criticarlo.
Guillermo nos asegura que las cosas están cambiando. En los países de América del Sur hay planteamientos inspirados sobre todo en los pueblos originarios, los pueblos indígenas, que son espectaculares, maravillosos. Eso de poner a las personas en el centro lo llevan diciendo los indígenas de Latinoamérica toda la vida… desde 1492. En EEUU, en contraste con esa visión de los pueblos de Sudamérica, las expresiones más evidentes del racismo han estado vigentes hasta hace bien poco; a la población negra no se le permitía por ejemplo sentarse en el autobús, comer en los bares o restaurantes ni entrar a los comercios bajo pena de cárcel. El capitalismo no escucha lo que le dice la vida.
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